- Celebran 800 años de haberse aprobado la regla de vida como frailes menores de la Orden Franciscana
Desde la fecha de su fundación hasta nuestros días, los frailes menores capuchinos de la Orden Franciscana ejercen incansablemente una labor de fraternidad, apostolado caritativo, social y misionero.
Y ésa es la satisfacción más grande que los frailes José Luis de Paz y Roberto Fernández Bermúdez afirman experimentar, con ese carisma de servicio religioso que los ha caracterizado desde los tiempos de su fundación.
El próximo 4 de octubre los franciscanos celebran a nivel mundial los 800 años de haberse aprobado la regla de vida como frailes menores franciscanos por el Papa Inocencio Tercero, fecha que para ellos es una verdadera fiesta.
En Nicaragua, un ejemplo emblemático del trabajo de los capuchinos es el que ejerció durante más de 35 años el padre Odorico D’Andrea, ya fallecido y en proceso de canonización por la Santa Sede.
Odorico realizó en San Rafael del Norte una labor pastoral y social invaluable, y además se le atribuyen grandes milagros y se le recuerda como gran promotor de la paz y la reconciliación allá por los años ochenta, cuando el país vivía una cruel guerra.
“Queremos agradecer al pueblo de Nicaragua por todo el tiempo que nos han aceptado y acompañado en nuestro recorrido de misioneros”, dijo el fraile José Luis de Paz, originario de Guatemala.
Para el fraile, pertenecer a la Orden Franciscana es una de las experiencias más completas de su vida, por su entrega al Evangelio, desde donde “servimos con mucha fe y amor cristiano a nuestros semejantes”, dijo Paz, quien es el definidor de los Frailes Menores Franciscanos en Nicaragua.
Los franciscano se caracterizan por el hábito marrón o café, un capucho corto que no baja de los hombros y las típicas sandalias.
“Los frailes franciscanos estamos cumpliendo 800 años de labor misionera por todo el mundo; es un momento de mucha emoción porque lo más importante es que estamos comprometidos a seguir trabajando por la comunidad y por difundir el Evangelio”, señala el fraile Roberto Fernández Bermúdez, vicario parroquial de la Iglesia Nuestra Señora de Fátima, ubicada en la Colonia Centroamérica.
EN TODO EL MUNDO
Hoy en día, los Hermanos Menores están en todo el mundo y son considerados una de las misiones religiosas más importantes de la Iglesia católica.
“Para nosotros los franciscanos, nuestros hermanos y hermanas de la Orden Franciscana y nuestros hermanos franciscanos renovados, esta celebración nos llena de gozo, de inmensa alegría y estamos seguros de que también a nuestro pueblo. Es una fiesta grande, porque es el nacimiento de nuestra Orden Franciscana, de ser aceptados en el seno de la Iglesia”, sostiene el fraile Roberto Fernández.
Bermúdez afirmó que el carisma primordial de la congregación está enfocado en atender las parroquias y el “acompañamiento espiritual al pueblo nicaragüense; también impulsamos la educación, tenemos actualmente cinco colegios grandes en Nicaragua”.
En la parte educativa, los franciscanos también tienen presencia en varios municipios del país, entre éstos Managua, con el Liceo Franciscano; Juigalpa, el Colegio San Francisco; Ciudad Darío, el Instituto Rubén Darío; entre otros. También tienen presencia en la parte educativa en el Occidente del país.
Esta orden religiosa también es gran defensora de la ecología, un don heredado por San Francisco de Asís, fundador de la congregación religiosa.
También los franciscanos están vinculados con la religiosidad popular en Nicaragua, dado que fue a través de ellos que iniciaron las fiestas de la de La Gritería en León.
CELEBRACIÓN
Como parte de la celebración de los 800 años, los franciscanos realizarán diversas actividades, entre las que destacan una Caminata Ecológica para el próximo 3 de octubre, que saldrá del Hogar Sacarías Guerra hacia el Liceo Franciscano, en Altamira, a las 7:00 de la mañana.
El 4 de octubre se lleva a cabo ceremonia religiosa en el colegio Liceo Franciscano, actividad que será presidido por el Arzobispo de Managua, monseñor Leopoldo Brenes, a las 10:30 de la mañana.