Antes del descubrimiento de la penicilina y los antibióticos, el ajo fue conocido por ser un tratamiento eficaz contra la neumonía, la bronquitis y la tuberculosis. Hoy en día, el ajo es mejor conocido por sus efectos saludables en el sistema cardiovascular. El sabor del ajo resulta del azufre, lo cual le da también su olor y sus efectos saludables. El azufre se encuentra dentro del allicin, un componente del ajo que lo encontramos al cortar, masticar o exponer al aire el ajo. El allicin es importante porque produce los efectos saludables del ajo. Para aprovechar los beneficios del ajo, entonces, lo mejor es cortarlo y dejarlo expuesto al aire un tiempo. Se pierde sus efectos saludables cuando el ajo está cocido. Como en la mayoría de las plantas saludables, un componente no funciona solo, y por lo tanto, recomendamos que coma el ajo natural y no un extracto. Al envejecer y/o con la presión alta, los seres humanos pierden la elasticidad de sus arterias; el allicin ayuda a mantener la elasticidad en las arterias, lo que es bueno para reducir su riesgo a las enfermedades cardiovasculares. El ajo crudo consumido en ayuno puede caer mal al sistema gastrointestinal y por lo tanto, lo mejor es agregarlo a la comida como a la pasta, a las sopas, las ensaladas, o untarlo con aceite de olivo sobre pan, bien rico combinado con tomates picados y albahaca. El aliento malo que resulta de comer ajo crudo se baja por machacar perejil crudo, lo cual es también una buena fuente de la vitamina C.
Restaurante La Ola Verde