Verdad

Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.Soy como un ciego. Voy sin rumbo y voy a tientas.Voy bajo tempestades y tormentas,ciego de ensueño y loco de armonía.Rubén Darío

Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.Soy como un ciego. Voy sin rumbo y voy a tientas.Voy bajo tempestades y tormentas,ciego de ensueño y loco de armonía.

Rubén Darío

Desdentadas ilustracionesvan naufragando solas.Antaño creía que la vidaera “color de rosa”que se iban las ojeras en suspirosen escenas fugacesen vacacionar constantementeen reír y jugar por siempre.

Que la vida sería eternay no enfermaríamos nunca.Que siempre estaríamos pegándole parchesa las adversidades.

Luego sentí el hincón del desencanto, y volublefue evaporándose solo,y quedó el ego desnudosin el disfraz de los sueños.

No fue menester disfrazar verdades.La verdad no se disfraza.Siempre camina desnuda.La verdad no admiteparches ni manchas.

La verdad es la única virtudIncólume. Diáfana. Pura.No admite dudas. MenosSospechas. Es eternamente perfecta.

Cultura Douglas Blanco Aragón Poesía archivo

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