Francisca Ramírez Torres hace 14 meses vivía tranquila en su finca en La Fonseca, un distrito de Nueva Guinea en el Caribe Sur de Nicaragua, y a más de trescientos kilómetros de Managua. Sin embargo ahora es referente de la lucha de cientos de campesinos que serían desplazados de sus tierras porque viven en la franja donde se prevé sea construido el Canal Interoceánico.
Antes de convertirse en vicecoordinadora del Consejo Nacional para la Defensa de la Tierra, Lago y Soberanía, doña Chica, como es llamada cariñosamente en La Fonseca, se dedicaba a cuidar de su familia, trabajar la tierra para producir granos básicos y perecederos que luego también comercializa en otras zonas del país.
Para Ramírez Torres, su vida es esa tierra que trabaja y que espera también trabajen sus hijos y nietos. En esta entrevista la líder de los campesinos habla sobre lo que ha significado emprender la lucha por la defensa de sus tierras, el rol del Gobierno en el megaproyecto del Gran Canal y lo que espera de la lucha iniciada por los campesinos.
¿Cuándo y cómo se da cuenta del proyecto del Canal?
Cuando yo oí los anuncios del Gobierno de que el Canal Interoceánico iba a sacar de la pobreza a los nicaragüenses, que iba a haber empleos, que iba a haber trabajo, me alegré porque nosotros somos una familia que nos encanta trabajar, nos gusta trabajar… somos de todo terreno. El susto fue cuando conozco la Ley 840. Comencé a descubrir y me comencé a indignar de ver que con tanto esfuerzo hemos trabajado día y noche y nos hemos sacrificado en la vida y ver que alguien tome decisiones y ni tan siquiera vino a preguntarnos y explicarnos.
¿Cómo surge la idea de crear un movimiento para defender sus tierras ante el proyecto del Canal?
Después de conocer la Ley 840 eso me dio la iniciativa para hacer el movimiento porque comenzamos a ver entre los productores, los campesinos cercanos de la franja donde pasarán los chinos… nos comenzó a sorprender que llegaron a las propiedades de nosotros los chinos a medir y ni permiso nos pidieron. Les decíamos que nos dijeran algo, íbamos y les preguntábamos a unos traductores que andaban y decían que ellos no tenía derecho a hablar nada. El traductor hablaba a veces con el chino y le decía que ellos ya le habían pagado al Gobierno y que el Gobierno nos iba a pagar a nosotros, eso era todo lo que nos decía, pero el traductor que andaban los chinos nos decía que era prohibido hacer el comentario.
¿Cuándo decide asumir el liderazgo en La Fonseca?
Bueno, nos comenzamos reuniendo 10 comunidades, después 20 comunidades, después 25 comunidades y nos fuimos a votaciones, que hiciéramos un comité provisional y en ese comité provisional la gente decidió que fuera yo, entonces así fue. Pensando que iba a ser tan poco el tiempo y que no íbamos a llegar a tanto. Como oíamos decir que este gobierno era el gobierno del pueblo y que el que gobernaba era el pueblo, nosotros creímos que el Gobierno nos iba a escuchar desde un principio, pero hoy vemos que un gobierno sandinista entrega la soberanía de Nicaragua y eso nos ha dolido.
¿Cómo ha cambiado su vida desde que surge como líder local hasta ahora que representa a todos los campesinos?
Ha sido una zozobra tan grande y tan triste porque desde que nosotros iniciamos esta lucha, hace 14 meses, hemos vivido tristezas porque hemos sido intimidados, hemos sido reprimidos, hemos sido perseguidos, hemos sido limitados. No nos han visto como personas, no tenemos derecho a nada y eso ha sido una lucha tan triste y tan dura como persona. Hemos marchado, hemos protestado, pidiéndole al Gobierno que nos diga algo, pero lo que nos ha mandado es represión, a intimidar con las armas.
¿De dónde saca fuerzas para poder ser madre, esposa, líder y seguir trabajando en su finca?
Las fuerzas se sacan porque es triste ver sufrir a alguien que se cría en la pobreza y rodando y hoy hemos luchado tantos padres y tantas madres por hacer sacrificio, trabajar día y noche, porque a nosotros nunca nos han donado un tuco de tierra, lo que nosotros tenemos lo hemos conseguido con sacrificio y pensando en el futuro de nuestros hijos y saber que alguien nos quiere arrebatar todo, porque le dio ganas de hacer algo que no lo consultó con el pueblo, algo que no va a beneficiar a los mismos nicaragüenses, algo que ni nos tomó en cuenta, eso me ha dado fuerzas.
¿Qué ha significado para los campesinos tener que emprender esta lucha?
Hoy que hemos empezado esta lucha, que hemos ido a organizar consejos en otras partes de Nicaragua y que la gente se ha ido informando y ven que la Ley (840, Ley del Gran Canal) no solo nos está violando los derechos a los que estamos en la franja del Canal, sino a toda Nicaragua, entonces hemos visto que nos hemos unido y que cada día vamos uniéndonos más y sentimos que vamos a triunfar en esta lucha, porque sentimos que el pueblo de Nicaragua va a responder y está respondiendo.
¿Por qué cree que el proyecto del Canal no arranca?
Han sido tantas las mentiras que han dicho. Ellos dicen que tienen inversionistas, pero yo creo que ni los inversionistas que dicen que tienen han visto algo que sea positivo. La verdad es que no han dado credibilidad y se ha visto la oposición del pueblo, porque es falso que todos los nicaragüenses quieren un Canal.
¿Si se construye, cree que el Canal sería una oportunidad de desarrollo para el país?
(Suspira) Eso es difícil, no lo vemos, tal vez no para nosotros que somos campesinos analfabetos, que nunca hemos estudiado. Nosotros los campesinos trabajamos la tierra y es lo que nos quieren expropiar, nuestro medio de trabajo. Entonces nosotros nunca vemos que este proyecto sea beneficioso para los nicaragüenses porque aquí los únicos beneficiados serían los chinos y quienes tengan parte, como la Comisión del Canal que vemos.
¿Si creen que el Canal no se va a hacer, por qué siguen luchando?
Porque vemos la amenaza, de que el Gobierno y los chinos se quieren quedar con nuestras tierras.
¿Hay algún partido que apoye al movimiento de los campesinos?
El movimiento de nosotros es un movimiento popular campesino, autónomo, de diferentes procedencias, por la defensa de la tierra, lago y soberanía nacional. Y nosotros no andamos interesados en ningún partido político ni en un cargo político, lo que nosotros andamos interesados es que nos respeten nuestros derechos en Nicaragua.
¿Qué piensa de los partidos políticos del país?
Los partidos políticos para nosotros han sido decepcionantes. Hasta este momento estamos a 11 meses de las elecciones y todavía no hay unidad, que es una esperanza que nosotros tenemos para que esta situación cambie y que en la Asamblea seamos mayoría para que esta Ley (Ley 840) sea derogada, porque este gobierno no nos escucha. Nos hemos decepcionado cuando vemos que los partidos políticos sigue peleándose. Aunque en Nicaragua no existen partidos políticos, lo que existe es un negocio, los partidos y las personas que se han metido, los dirigentes, lo hacen como un negocio, no lo hacen porque aman a Nicaragua o porque Nicaragua cambie, lo hacen con un interés de tener un puesto, tener poder y ganar un salario. Nosotros como campesinos lo hemos venido viendo y decidimos que si no hay unidad, no vamos a apoyar a nadie.
¿Milita usted en algún partido?
Nunca he andado en los partidos. He votado en una ocasión, por Arnoldo Alemán, que ahora lamentamos tanto, porque nos ha pagado tan mal. Cuando (Enrique) Bolaños no quise votar por ningún partido, de ahí con don Fabio Gadea voté por él, porque ha demostrado que tiene amor a Nicaragua. Pero realmente yo nunca he pertenecido a ningún partido, no me gusta la política, siento que los políticos son mentirosos que les pasa la de los borrachos, que dicen una cosa y ya cuando se alivian se les olvida, así son los políticos que ofrecen el cielo y la tierra y después solo se acuerdan de hacer su capital. Yo como persona siento resentimiento de ver cómo ellos se pelean, de ver que siempre buscan quien agarra más.
¿Cuál es el sueño de doña Chica?
El sueño ha sido trabajar desde pequeña, pensando tener un tuquito de tierra donde sembrar, donde morir tranquila y pensar que le dejo el futuro a mis hijos y que mis hijos se lo van a dejar a sus hijos. Por eso yo me he esforzado en la vida, pero si a nosotros nos quitan nuestras tierras ¿qué le vamos a ofrecer a nuestros hijos? Drogas, vagancia, porque eso es lo que se hace en los pueblos, la gente que no trabaja; la zona de nosotros es tan sana, ahí no va a ver delincuencia, el que estudió se preparó y el que no, se dedicó a agricultor, a ganadero y tienen un futuro. La mayoría de los campesinos no vivimos como ricos pero vivimos cómodos, tenemos los tres tiempos de comida fijos y sin trabajarle a nadie.
¿Cuáles son las metas para 2016 del movimiento campesino?
Seguir uniéndonos como nicaragüenses, unirnos hasta llegar a la meta, de una u otra forma, nos sentimos con más fuerza que cuando iniciamos. A como el Gobierno piensa hacer su proyecto, nosotros pensamos en hacer la contraria porque no vamos a dejarnos, de una u otra forma vamos a luchar por nuestra vida, y esperamos que el resto de Nicaragua piense que aquí son vidas las que están en riesgo, no es un capital, sino la vida de miles de campesinos la que está en riesgo. Aquí solo unidos podemos cambiar este país.
Campesinos lamentaron que les impidieran entregar ayuda
El 19 de octubre de 2015 varios miembros del Consejo Nacional para la Defensa de la Tierra, Lago y Soberanía se trasladaron a Nueva Segovia para entregar unos 800 quintales de alimentos para unas 400 familias en cinco municipios de ese departamento. Sin embargo la entrega de esta donación fue bloqueada por la Policía Nacional y luego prohibida a través de una nota informativa emitida por el Sistema Nacional de Prevención, Atención y Mitigación de Desastres (Sinapred).
Francisca Ramírez Torres, vicecoordinadora del Consejo Nacional y quien estuvo al frente de la situación mientras la Policía les impedía entregar las donaciones, aseguró que lo ocurrido “fue lamentable, porque estábamos claros que hay tanta gente con hambre y vimos a gente que a las 3:00 de la tarde no habían comido. Eso nos dolió porque nosotros con mucho sacrificio habíamos recogido esos 800 quintales de comida, pensando, no ayudarles siempre pero sí matarles el hambre por lo menos unos dos o tres días y nos dolió mucho que gente con hambre le lloraba (a la Policía) y le decía que le dejáramos la comida y ellos decían que no. Niños se arrimaban al comisionado a decirle que ellos tenían hambre y que dejaran que les dieran la comida, pero ellos nunca quisieron entender, decían que era orden de arriba y que no se podía. Eso nos dolió y daba ganas de llorar ver tanta gente con hambre”.
La donación estaba destinada a beneficiar a 400 familias en Santa María, 170 familias en Macuelizo, 190 familias en Mozonte, 230 familias en Ciudad Antigua y 65 familias en Dipilto, todos municipios de Nueva Segovia.
Según la nota informativa emitida por Sinapred “toda ayuda que se quiera hacer llegar a las personas y familias afectadas por alguna situación, debe ser canalizada a través del Sinapred”.
Al conocer esta disposición, los productores prefirieron regresarse a Nueva Guinea con los productos; sin embargo, los perecederos fueron donados a gente en el camino. “La gente con alegría agarraba lo que era perecedero, pero el maíz, arroz, frijoles y aceite, eso lo entregamos hace unos días en las iglesias de la zona de Ocotal para que ellos entreguen esa comida a las comunidades”.
No obstante, ayer que las iglesias intentaron entregar la donación, esta fue nuevamente bloqueada por la Policía Nacional.
Plano personal
Francisca Ramírez Torres nació el 10 de octubre de 1976 en La Fonseca, Nueva Guinea. Su niñez la vivió marcada por la guerra de la década del ochenta. A los 8 años, cuando su papá dejó La Fonseca para no meterse en la guerra, tuvo que apoyar a su mamá y hacerse cargo de la manutención de sus cinco hermanos.
Desde entonces, Ramírez Torres se ha dedicado a trabajar. A los 18 años se casó con Migdonio López Chamorro, deja la casa de su mamá e inicia su propia familia. Aunque años después, su mamá se volvió a casar y ahora vive con ella, sus hermanos e hijos.
Ramírez Torres tiene cuatro hijos biológicos, aunque su esposo aportó cinco hijos a la relación, por lo que ella cuenta que son nueve.
Sobre su formación académica Ramírez Torres dice que llegó hasta tercer grado de primaria y “a la fuerza” aprendió a leer, porque nunca fue a la escuela “porque éramos muy pobres”.
El movimiento de nosotros es de campesinos, autónomo, de diferentes procedencias, por la defensa de la tierra, lago y soberanía nacional. Nosotros no andamos interesados en ningún partido político ni en un cargo político, lo que nosotros andamos interesados es que nos respeten nuestros derechos”.
Francisca Ramírez Torres, vicecoordinadora del Consejo Nacional para la Defensa de la Tierra, Lago y Soberanía.