El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó hoy que “todos los embajadores” de EE.UU. son “agentes de la CIA” y volvió a acusar a ese país de ser parte de una conspiración para evitar que pueda volver a postular en los comicios de 2019.
“Todos los embajadores de Estados Unidos para mí son agentes de la CIA. Es una lucha de ricos y pobres, es la lucha de capitalismo versus socialismo”, sostuvo Morales en una rueda de prensa en la ciudad de Cochabamba (centro).
El mandatario se refirió al asunto al ser consultado sobre la intención de sus partidarios de insistir en su habilitación para que pueda volver a ser candidato en 2019, pese a que los bolivianos rechazaron mayoritariamente esa posibilidad en un referendo celebrado el pasado 21 de febrero.
En esa consulta, realizada por iniciativa del oficialismo, un 51,3 % de los votantes rechazó una reforma constitucional para permitir a Morales buscar en las elecciones de 2019 un cuarto mandato consecutivo hasta 2025, frente a un 48,7 % que la aprobó.
La Constitución firmada por el propio Morales en 2009 permite solo dos mandatos consecutivos, pero el Tribunal Constitucional ya lo habilitó como candidato en las elecciones de 2014, que coronó con un triunfo para ejercer ahora su tercer período.
En los últimos meses, Morales, sus ministros y los dirigentes del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) han argumentado que la población votó engañada en el referendo de febrero.
Según el oficialismo, la oposición y Estados Unidos promovieron una “guerra sucia” usando unas denuncias de supuesto tráfico de influencias a favor de la empresa china Camce, en la que trabajó Gabriela Zapata, quien fue pareja de Morales entre 2005 y 2007.
Zapata, que se encuentra presa desde fines de febrero, fue investigada por usar oficinas del Ministerio de la Presidencia para sacar provecho personal de citas con inversores, supuestamente sin que se enteraran altos funcionarios del Gobierno.
La oposición boliviana denunció en su momento un supuesto tráfico de influencias a favor de Camce y una posible implicación del presidente, pero una comisión del Parlamento, que controla el oficialismo, exculpó a Morales y concluyó que las adjudicaciones fueron legales.
Zapata también estuvo involucrada en una polémica sobre un supuesto hijo que tuvo con el mandatario en 2007, del que primero aseguró que estaba con vida pero después se retractó y afirmó que había muerto.
El Gobierno boliviano ha asegurado que el niño nunca existió y acusó a la oposición y a algunos medios de comunicación de usar el caso para desprestigiar al gobernante.
Morales insistió hoy en que “esa mentira para el 21 de febrero” fue “preparada por la Embajada de Estados Unidos”.
Señaló que Bolivia está “mejor” desde que se liberó política y económicamente de la “dominación imperial” y consideró que si “algunos compañeros” plantean que continúe gobernando hasta 2025 es porque su país vive “otros tiempos”.