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Eva, una niña que fue abusada sexualmente por su abuelastro, se convirtió en madre a los 11 años. Casi cumple 14 años y hace poco dio a luz a una niña tras una relación con un muchacho del que se separó. LA PRENSA/LUIS E. MARTÍNEZ

Estado no protege a las niñas

En Nicaragua unas 1,066 niñas menores de 14 años dan a luz en los diferentes centros hospitalarios anualmente, según una denuncia del Movimiento Autónomo de Mujeres.

En Nicaragua unas 1,066 niñas menores de 14 años dan a luz en los diferentes centros hospitalarios anualmente, según una denuncia del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), basada en datos del Ministerio de Salud (Minsa), sin que el Estado tome acciones para evitar esta situación.
Para las mujeres organizadas esto constituye un deterioro de los derechos humanos de las niñas.

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Según el MAM, en su denuncia presentada durante la reunión ordinaria de la CIDH, realizada a inicios de mes en Panamá, aun cuando todo embarazo en niñas menores de 14 años es producto de una violación, las entidades del Estado (Policía y Ministerio Público) no persiguen los casos de oficio, por tanto, la mayoría de estos quedan en la impunidad.

Para el año 2015 el Instituto de Medicina Legal (IML) reportó 5,596 peritajes médico-legales (es decir, 15 violaciones diarias), de los cuales el 83.5 por ciento corresponden a personas menores de 17 años y el 64 por ciento se realizaron en niñas de 0 a 13 años, según informe del MAM.

“La violencia sexual contra niñas trae consigo el embarazo y la maternidad forzada, según estadísticas de partos hospitalarios del Ministerio de Salud, entre el 2000 y 2009 se pasó de 1,066 nacimientos al año en niñas de 10 a 14 años, a 1,577, evidenciando un aumento del 47.9 por ciento”, explicó Juanita Jiménez, abogada feminista y defensora de derechos humanos.

En el caso, de los embarazos infantiles, todos, o casi todos, son producto de la violación perpetrada por hombres adultos cercanos a la niña, tales como: familiares, amistades de la familia o vecinos, según el estudio Embarazo impuesto por violación–Niñas madres menores de 14 años, realizado por el Grupo Estratégico para la Despenalización del Aborto Terapéutico (Gedat) e Ipas Centroamérica en el 2015 y publicado en octubre de este año.

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Consecuencias

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha retomado el estudio del Gedat y el Ipas, las consecuencias de la violación son numerosas y van desde lesiones, daños prolongados a la salud mental, infecciones de transmisión sexual como el VIH y el embarazo impuesto. A esto se debe agregar un incremento significativo del riesgo en términos de morbilidad y mortalidad materna en las niñas y las adolescentes.

La evidencia clínica demuestra que el riesgo de complicación y muerte por un embarazo es cuatro veces mayor en menores de 16 años que en mujeres entre 20 y 30 años y la tasa de mortalidad de sus recién nacidos es aproximadamente un 50 por ciento mayor.

“En el plano social, una maternidad impuesta trae consigo el abandono de la escuela, porque el Ministerio de Educación no cuenta con un programa de reinserción de estas niñas, situación que las coloca en condiciones de mayor exclusión social y vulnerabilidad. Aumenta la pobreza y los estados de depresión, porque ahora debe pensar en el sustento del bebé”, comentó Jiménez.

Estado no da opciones

Según el estudio Embarazo impuesto por violación–Niñas madres menores de 14 años del Gedat y el Ipas, (donde se entrevistó a 15 niñas víctimas de violación que quedaron embarazadas), el sistema de protección del Estado le “falló a las niñas, negándoles la posibilidad de prevenir ser víctimas del delito y les imponen una maternidad que no decidieron”.

En vista que desde el 2006 la interrupción del embarazo no es factible en el país por ninguna causal, señala el estudio, el Ministerio de la Familia debió informar sobre procesos de adopción como una opción después de que la menor diera a luz.

El Ministerio de Educación debe fortalecer las capacidades del sistema escolar para garantizar una educación sexual que incluya aspectos de prevención de la violencia sexual, detección de niñas y niños abusados, denuncia de agresores; y medidas para facilitar la permanencia en la escuela de niñas y adolescentes embarazadas, lo cual incluiría trabajar en la reducción de estigma.

Después de Managua

El departamento de Matagalpa ocupa el segundo lugar en el país, después de Managua, con la mayor cantidad de partos de niñas menores de 14 años, según datos disponibles entre 2009 y 2012.

La cantidad de partos de niñas en el departamento de Matagalpa equivale al 12 por ciento de los casos registrados entre 2010 y 2012 en Nicaragua y es similar a la registrada en todo Uruguay en ese mismo período, según datos de Cladem y el Observatorio de Codeni.

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