Olvide lo digital, demos la bienvenida a lo híbrido
El triunfo de lo digital ocurre en el instante en que el dispositivo digital supera en prestaciones al analógico. En el momento en que la cámara digital o la de nuestro celular vuelve incomoda, costosa y obsoleta a la cámara de película, o cuando un algoritmo de riesgos hipotecarios muestra que es más eficiente que el analista de riesgos en un banco.