En una ciudad donde suelen necesitarse camiones para sacar la nieve, este año se han precisado para todo lo contrario: traerla.
Moscú, una de las metrópolis más frías del mundo, vive en esta época invernal las temperaturas más altas desde que se empezó a medir el clima, hace 140 años.
Usualmente, por estos días del año, en la capital rusa se registran temperaturas de 5, 10 y hasta 20 grados centígrados bajo cero.
Pero en 2019 no ha sido así, con promedios de 0, 1 y 2 grados al día, niveles que no garantizan la capa de nieve que acostumbra a cubrirlo todo en estas fechas.
Ante eso, las autoridades decidieron traer la nieve para que no se perdiera el ambiente navideño y de fin de año, y decoraron con ella el centro.
La nieve artificial fue producida con hielo cortado de las pistas de patinaje y esquí de las afueras de Moscú.
“Las máquinas allí cortan hielo y producen migajas, que fue lo que trajimos”, dijo Aleksei Nemeryuk, ministro de gobierno de la ciudad, a la prensa local.
Cambio de vida
El calentamiento del planeta ha tenido efectos muy concretos en la forma de vida de los rusos.
En Sochi, por ejemplo, una de las ciudades más importantes del mundo para el turismo de invierno, las estaciones de esquí limitaron la cantidad de pases para esta temporada debido a la falta de nieve.
Según reportaron los medios locales, solo el 20% de las pistas de la zona pudieron abrir sus puertas esta temporada.
En el noreste del país, en Siberia, varias comunidades han tenido que migrar a otras regiones porque el permafrost, la capa del suelo permanentemente congelado, se está derritiendo.
Y las temporadas de caza o de avistamiento de animales también han cambiado por la modificación de las rutinas de la vida salvaje.
La visión del Kremlin
Rusia, como firmante del Acuerdo de París, que busca combatir el calentamiento global, se comprometió a reducir las emisiones de gases y otros contaminantes, aunque aún no haya presentado ante la ONU su programa para lograrlo.
El presidente, Vladimir Putin, dijo en una rueda de prensa la semana pasada que el cambio climático es una amenaza directa para Rusia.
Según varios estudios, anotó el mandatario, la temperatura en Rusia se está aumentando 2,5 veces más rápido que el promedio del resto del planeta.
Sin embargo Putin relativizó su mensaje, en consonancia con otros líderes como Donald Trump, quienes cuestionan las teorías sobre la contaminación y el calentamiento global.
El mandatario ruso sugirió que la subida de la temperatura este año podría deberse al cambio en el eje de movimiento de la Tierra, y aseguró que “nadie sabe realmente las causas del cambio climático, al menos el cambio climático global”.
El país abandonó recientemente sus planes de reducir emisiones de gases de efecto invernadero porque, según reportó la prensa rusa, una asociación industrial del país ejerció presión al gobierno.
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