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La decisión de dejar el mercado Oriental, para resguardarse en su casa de la Covid-19 no fue fácil para Olga Lucía Álvarez. LA PRENSA/ Óscar Navarrete

La decisión de dejar el Oriental ante casos de Covid no fue fácil para Olga Álvarez

Se fue del Oriental por miedo al contagio del virus y por las bajas ventas en su negocio de batidos, ahora desde su casa se gana el pan de cada día vendiendo chileros y chimichurri

La decisión de dejar el mercado Oriental,  para resguardarse en su casa de la Covid-19 no fue fácil para Olga Lucía Álvarez, de 27 años.  En este centro de compras, la emprendedora  luchó durante cinco años, al lado de cuatro colaboradores, para sacar adelante su negocio de batidos.

 

Ella  dio el salto, cuando  empezó a notar el aumento de casos de coronavirus en el país, además se enteró  que varios comerciantes de su zona habían fallecido por esta causa.

 

“Tuvimos miedo, hablé con mis colaboradores, les prometí que su plaza no la perderían, todos estamos esperando que las cosas cambien para empezar desde cero”, cuenta la joven.

Nueva idea

Olga,  trasladó todo lo  que pudo de su negocio a la casa. Estuvo durante un tiempo pensando en qué hacer para generar ingresos, y se le ocurrió  poner “un caramanchel” afuera, exactamente sobre la carretera a Masaya, ahí ofrece  chileros y  chimichurri.

 

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La mamá de Olga, Sarah Álvarez, también tenía un comedor   en el mercado Oriental. Lo tuvo que cerrar por miedo al contagio.

 

Ella, decidió vender queso en el mismo  puesto, el negocio lo atiende una sobrina, pues se está enfocando en atender pacientes en línea, ya que es médico de profesión. “En el caso de mi mamá, estaba empleando  a tres personas,  una a una  tuvo que ir despidiendo,  porque ya no se podía sostener su salario, al final,  la mejor decisión fue cerrar el local, no se sabe hasta cuándo podremos regresar”, refiere la joven.

Los planes de Olga, por el momento, es quedarse  en la casa y ganarse  la vida de esa manera. Oscar Navarrete/ LA PRENSA.

Ambiente  deprimente

Álvarez, menciona que antes de la Semana Santa,  había determinado empezar cuarentena voluntaria por 15 días, luego regresó a probar cómo estaban las ventas, y al notar que el ambiente era muy deprimente, mejor decidió no exponerse.

 

Con todos los instrumentos en casa, Olga, puso los  banners que tenía en su local  de batidos y de esta manera logra vender  uno que otro.

 

“En el Oriental mi fuerte eran los batidos saludables, pero ahora, con lo complicado que es ir al mercado por frutas o verduras,  se venden más lo que se elaboran con lácteos,  hay días que vendemos cinco, otros solo  tres,  y a veces ninguno, pero no nos vamos a rendir”, explica.
a través de las redes

 

Además de vender sus productos entre el vecindario, Olga se promociona a través de las redes sociales. “Ahorita que estamos en esta situación, estamos comiendo de la venta de chileros. Yo los elaboró junto a mi esposo, como tenemos poco capital, y estamos trabajando con las uñas, no tenemos el montón, lo que hacemos es  recoger los  pedidos durante la semana  y entregamos los días sábado a domicilio”,  cuenta .

 

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Olga, cobra el delivery en dependencia de la distancia. Por lo general son 30 córdobas más. El costo de los chileros  es de 100 córdobas y  de los chimichurri  200. Los frascos son de 16 onzas.

 

“Tenemos de tres tipos de chileros, uno que es a  la juliana, con chile jalapeño, otro con chile habanero, vegetales  más  cebolla, y el otro con chile  cabro”,  relata.

 

Los planes de Olga, por el momento, es quedarse  en la casa y ganarse  la vida de esa manera. “No es lo mismo ir a dejar un chilero, que ir a meterte al Oriental,  el riego es mayor. Nos vamos a concentrar en los chileros, y los batidos, Dios proveerá”, resalta.

 

La comerciante comparte un mensaje de esperanza  a todas aquellas personas que se han quedado sin empleo, o que tienen miedo emprender en medio de esta crisis sanitaria que azota el país.

 

“Primero nos tenemos que poner en las manos del señor, acatar las medidas de prevención, porque de eso depende que podamos volver a la normalidad.   Yo le digo a la gente, si tiene la oportunidad de ofrecer de sus casa cualquier producto, sin miedo, hay que hacerlo”, aconseja.

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