El bar Hippos ya no existe, pero la calle ya quedó bautizada como Zona Hippos. Allí, del Hotel Seminole hacia el sur, antes de las 10:00 de la noche se ve vacío, pero los meseros de los bares ubicados en ese sector dicen que después de esa hora comienza a llegar la gente, especialmente los viernes y los fines de semana.
Hay bares que ni siquiera abren los días de semana. Solo sábado y domingo. Este jueves por la noche había nueve bares abiertos y siete cerrados.
En otros lugares comerciales, la gente disimula. En los restaurantes, por ejemplo, las personas llegan a los locales con mascarillas, pero obviamente se las quitan para comer. Pero en la Zona Hippos los jóvenes ya se bajan de sus carros o de los taxis sin mascarillas. Y no solo eso. En cuanto se encuentran con sus amigos se abrazan y se besan. Se puede decir que en la Zona Hippos no existe la pandemia. O al menos el temor a la misma.
Tampoco es que sea muy grande la afluencia de clientes. Pero sí llega bastante juventud. Se puede decir que antes de las 10:00 de la noche es más música que otra cosa. De todos los bares sale música estruendosa, a alto volumen, pero los parqueos están vacíos y los bares igual. Después de las 10:00 es que la cosa se pone buena.
Un vigilante de calle dice: “El sábado pasado estuvo buenísimo. Estaba llenísimo todo”.
Un repartidor de comida explica: “Hace poco, como dos meses que tengo ya de estar trabajando en esta zona, aquí todo estaba cerrado. Pero ahora la gente lo está tomando más normal. La gente está viniendo más”, dice.
En uno de los bares de Zona Hippos, bastante grande, la noche del jueves había 17 clientes cerca de las 10:00 de la noche. Doce de ellos eran varones y cinco mujeres. Un mesero de ahí señala: “No ha dejado de venir la gente, pero ya no es lo mismo de antes”.
La situación la sufren también los vendedores ambulantes. Antes de la pandemia había como cinco vendedores de cigarros y caramelos deambulando por la zona. Este jueves por la noche solo había uno.
Una mujer que vende hotdogs en un carrito, dice: “Ya ni los meseros vienen a comprarme”.
Por ahora, la música es la que prevalece en Zona Hippos. El lugar donde las mascarillas no existen.
