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Eloy Morales hizo un gran trabajo con Estelí en esta temporada. LAPRENSA/GERALD HERNÁNDEZ

Los secretos de Eloy Morales, el mánager impredecible

Eloy Morales es un señor sencillo que no tuvo más estudios que un técnico para ser soldador. Nació en Apompuá, Rivas, tiene una pequeña finca y siembra plátano

Eloy Morales es un señor sencillo que no tuvo más estudios que un técnico para ser soldador. Nació en Apompuá, Rivas, tiene una pequeña finca y siembra plátano. Fue un buen lanzador que pasó la mayor parte de su carrera con el Frente Sur. Llegó a ser alcalde de Potosí con buenos resultados y en sus fines de semana libre se dedicaba a ser mánager en Mayor A. Después recibió una oferta por Boaco para ser coach de picheo y terminó como mánager. Así empezó su nuevo legado, ese que llevó a Rivas a ser campeón en 2017 sin ser favoritos y, tres años después, tiene contra la pared a los Dantos, llenando de ilusión a un departamento como Estelí.

La magia de Morales tras Boaco había pasado a Madriz, Rivas y luego durante un año estuvo estacionada por una operación en la vesícula. Al llegar a Estelí observó a un equipo con una disciplina cuestionable y una entrega titubeante. Hizo mucho énfasis en la disciplina. “Eso fue lo más difícil, pero no en esas disciplinas drásticas, sino de una forma en que le llegamos al jugador, no lo regañamos en público sino de manera personal”, explica. Posteriormente, su equipo de cuerpo técnico se ha encargado de sacar lo mejor cada uno. Henry Roa trabaja con los bateadores; Miguel López en el infield; Miguel Ramos en los jardines; Jhonny Álvarez con el picheo y Franklin Rodríguez lo ayuda como coach. Una vez dados los dos primeros pasos ascendieron al tercero: cambiar la mentalidad de fracaso. “En una de las charlas les dije que eran un buen conjunto y no era posible que se conformaran con ser perdedores”, relata Morales.

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La historia de Morales con Estelí se termina de contar sola: primer lugar de grupo, empatado con el Bóer en la primera vuelta; segundo lugar detrás de los Indios en la segunda vuelta y eliminación por barrida a Chontales en los octavos de final. Y la cuarta obra aún inconclusa es dejar en el camino a los Dantos. Durante el tercer partido de la serie contra la Maquinaria Roja, Morales decidió frotar la lámpara.

En el noveno inning y perdiendo por una carrera con Ramón Flores en primera, decidió no tocar con Luis Allen como casi todos los mánager hubieran hecho. Mandó el robo, hizo que Allen amagara un toque, provocó que el campo corto y la segunda se movieran de sus posiciones, Allen hizo swing para tapar. Mal tiro del receptor y Eloy ya tenía a Flores en tercera sin out y sin sacrificar a su quinto bate. “Me gustó esa jugada porque nadie la esperaba y uno tiene que hacer lo impredecible cuando se pueda. Me gusta usar la velocidad de este equipo, en eso me recuerda al Rivas de 2017”, señala.

Cuando Morales recuerda su recorrido, aparece la escena en Honduras cuando le ofrecieron ser mánager por vez primera con los Medias Verdes y decidió rechazarlo. Ahora piensa retirarse hasta que Dios le dé fuerzas. “No soy de estar haciéndome publicidad ni de andar buscando equipos, pero si me queda un deseo es dirigir en la Liga Profesional. Estoy listo”, concluye.

Deportes Eloy Morales Pomares

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