Everth Cabrera se convirtió en una sorpresa en el draft de la Liga Profesional cuando el equipo del Tren del Norte lo escogió ante el asombro de todos los presentes, debido a que se creía que el pelotero se encontraba desviado del deporte, batallando con sus demonios internos. No obstante, Davis Hodgson indicó que se habían comunicado con él y estaba dispuesto a colocarse la camiseta norteña en el torneo venidero. Sin embargo, Cabrera con sus acciones parece alejado del beisbol. Según relató el padre Alexis de Jesús Fajardo, párroco de la Iglesia Santa Ana de Nandaime, en un video publicado por Trinchera de la Noticia, el pelotero se presentó al templo religioso, estuvo acostado frente al Santísimo y luego comenzó a hacer ejercicios.
En el relato, el padre cuenta que estaba terminando de almorzar cuando una feligresa le informó de la presencia de Cabrera acostado en el lugar sagrado del Santísimo. “Estaba a los pies de donde estaba la Última Cena, estaba acostado, haciendo ejercicio. Entré. Lo saludé y le dije: hola don Everth y me respondió educadamente. Luego le dije: ¿cómo está?’, respondiéndome: ‘bien gracias a Dios’ y siguió haciendo sus ejercicios. Me quedé en la banca de atrás a ver si hacía algún comportamiento no adecuado, pude haber llamado a la policía, caer en ese error y equivocación, pero no, simplemente esperé para haber si hacía algo extraordinario o que faltara el respeto y, con paciencia, esperé que el hombre se fuera. A los 10 o 15 minutos salió, me volvió a ver y me dijo: ‘muchas gracias’, quizá porque no lo saqué o llamé a la Policía. No estaba haciendo nada malo que faltara el respeto”, contó el padre durante la misa de este jueves del incidente sucedido el miércoles.
En la parte final del video, el padre Alexis Fajardo compartió la moraleja de lo sucedido con sus feligreses: “Todos sabemos el problema que tiene (Cabrera) y con nuestra conducta de acogida humana podemos ayudar a muchas personas con problemas: drogadictos, delincuentes y marginados a rehabilitarse, pero si siempre les caemos encima. Hacemos lo contrario”, concluyó.
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Cabrera estuvo tres meses rehabilitándose en Cuba por problemas de adicción a las drogas en 2016, a su regreso el ex jugador de Grandes Ligas expresó lo diferente que se sentía y sus nuevas motivaciones para luchar: “Cuando uno anda metido en el alcoholismo y las drogas uno no se quiere acercar a sus hijos, la mentalidad es diferente. Ahora me lleno de emoción y de gran gozo verlos nuevamente. Cambié completamente”.