LA PRENSA nombró personaje del año 2020 al personal de salud, por su extraordinaria y heroica lucha contra la mortífera pandemia del Covid-19.
Un héroe —o una heroína— es aquella “persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble”. Así lo define el Diccionario de la RAE. Pero a lo largo de la historia hubo también héroes colectivos, que en conjunto hicieron grandes obras y en particular excepcionales acciones humanitarias, que son las de mayor nobleza.
Este ha sido el caso —en el año que está a punto de terminar— del personal de salud que ha combatido y sigue combatiendo la pandemia de manera sacrificada, abnegada, y valiente en todo el significado y dimensión de la palabra.
Como sabemos, el personal de salud está integrado por los médicos de ambos sexos, enfermeras y enfermeros, trabajadores auxiliares, personal de limpieza y administración, camilleros y conductores de ambulancia. A cada uno de ellos les expresamos nuestro reconocimiento por la inmensa y admirable labor que han realizado este año. Y la siguen realizando, porque la lucha contra la pandemia continúa, a pesar de que ya se ha descubierto la vacuna y en algunos países se comienza a aplicar.
Desde que en 1796 el médico británico Edward Jenner descubrió la vacuna contra la viruela —primera en la historia de la medicina—, ninguna otra contra cualquier enfermedad de contagio masivo se había creado tan rápidamente, como ahora contra el insidioso y mortal coronavirus. Esto es un mérito de los científicos de la medicina que también son héroes profesionales que merecen el agradecimiento de la humanidad.
En Nicaragua, en este año de pandemia “muchos doctores y personal sanitario también perdieron sus vidas por atender hasta en sus últimos momentos a sus pacientes”, se consigna en el reportaje de LA PRENSA publicado el martes 22 de diciembre, en el cual se informó el nombramiento honorífico del personal de salud como personaje del año 2020. Y se mencionaron como ejemplo los nombres de los médicos Carlos Cárdenas y los hermanos Adán Augusto y Máximo Guillermo Alonso, “quienes murieron tras atender gratuitamente desde sus clínicas a pacientes contagiados por Covid-19”.
El reconocimiento es a todo el personal de salud. Pero es justo y necesario destacar a los miembros de Unión Médica Nicaragüense (UMN), del Comité Científico Multidisciplinario (CCM) y el Observatorio Ciudadano Covid-19 en Nicaragua, incluyendo a los voluntarios de apoyo para el trabajo de investigación y comunicación. Ellos han salvado muchas vidas atendiendo contagiados y alertando a la población con sus mensajes y recomendaciones, desafiando la persecución de la dictadura.
También el personal de salud en las instituciones del Estado merece el reconocimiento público por su anónimo pero abnegado servicio a los pacientes del coronavirus y enfermos en general. La penosa excepción son los deshumanizados que por fanatismo político han violado el juramento hipocrático y faltado a la ética profesional.