El Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo Metropolitano de Managua, a través de una nota de prensa informó que este viernes primero de enero de 2021, la procesión tradicional de Jesús Sacramentado, que todos los años se realiza en Managua, se cancela “por medidas de prevención, seguridad y responsabilidad ante la pandemia del Covid-19”.
Además, en la misma nota de prensa se informa que las procesiones con Jesús Sacramentado realizadas en Masaya y Carazo también se cancelan.
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“El Señor Arzobispo ha orientado a los sacerdotes a realizar el primero de enero una Hora Santa, la Eucaristía y la bendición con Jesús Sacramentado a nivel parroquial a la hora que ellos estimen conveniente”, señala la misiva.
Durante todo el año, la Iglesia Católica también ha suspendido otras actividades en el año por el contexto de la pandemia, entre estas las actividades de Semana Santa, las fiestas de Santo Domingo, en agosto; las de San Jerónimo, en Masaya así como la festividades de Santiago Apóstol, de Jinotepe.
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Durante esta temporada decembrina, médicos independientes han advertido de un rebrote de Covid-19 por la aglomeración de personas y el relajamiento de las medidas de seguridad. En el país existen al menos 11,935 casos deCovid-19 y 2,862 muertes por la misma causa, según el conteo independiente del Observatorio Ciudadano Covid-19.
Este acto religioso, también conocido como “procesión de los varones”, aunque se realizó en enero de este año, también había sido suspendida en enero de 2019 debido a las tensiones que pasaba el país desde el 18 de abril de 2018, cuando comenzó la represión policial contra las protestas ciudadanas por pedir la salida de Daniel Ortega.
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En el contexto de crisis sociopolítica, los templos católicos y algunos de sus sacerdotes han sido blanco de los ataques de fanáticos orteguistas por su cercanía con las demandas del pueblo.
Este año ocurrió el más fuerte ataque contra la Iglesia Católica, pues el 31 de julio, un hombre desconocido ingresó a la Catedral de Managua lanzando una bomba molotov en la Capilla de la Sangre de Cristo, incendiando el lugar y la venerada imagen que llegó a Nicaragua desde hace más de 300 años.