Nicaragua es descrita en la Constitución Política como: multiétnica, multicultural y multilingüe, pero en la práctica, de acuerdo a defensores de derechos humanos, existen diferentes manifestaciones de discriminación racial y se suma la discriminación a otros grupos como los opositores, por el hecho de pensar diferente.
Lottie Cunningham, presidenta del Centro por la Justicia y Derechos Humanos de la Costa Atlántica de Nicaragua (Cejudhcan), indicó que la discriminación es en muchos sentidos: en el ámbito de lo jurídico, la parte económica, social y también la política.
“Hago énfasis desde el ámbito jurídico. Sabemos que aunque en Nicaragua existen unas legislaciones que particularmente para los pueblos indígenas y afrodescendientes en la Costa Caribe, que tiene que ver con la autonomía y el régimen de propiedad comunal. Hay una gran brecha entre lo que dice la legislación y la aplicación misma”, expresó Cunningham.
Explicó que en el caso de la propiedad, la Constitución política establece diferentes formas: propiedad privada, asociativa y comunal, pero en este último caso no se le ha garantizado la seguridad jurídica a la propiedad comunal. “Esto ha venido a crear un problema de incremento de violencia y todo lo que se está sufriendo ahorita la comunidad por la pérdida continua de su territorio y el desplazamiento forzoso”, detalló.
“Para nosotros en la costa además de haber sufrido una colonización externa que trajo las primeras manifestaciones de racismo, también nosotros sentimos que existe una colonización interna que ha venido creando un modelo de desarrollo nacional con la exclusión social y ahí es donde nosotros sentimos que existe esa discriminación desde el ámbito social”, añadió.
Discriminación en acceso a la justicia
Asimismo, la defensora de derechos humanos comentó que la discriminación en el ámbito jurídico, también está relacionada con el acceso a la justicia.
“Las autoridades estatales han venido utilizando el sistema de justicia penal para crear diferentes patrones de criminalización y esos patrones de criminalización es para todos los ciudadanos, líderes sociales, movimientos indígenas, defensores de derechos humanos, que han venido demandando sus derechos humanos individuales y colectivos”, afirmó Cunningham.
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Irrespeto a la autonomía
Dentro de las formas de discriminación señaló que aunque se ha establecido la autonomía de la Costa Caribe se limita su ejercicio en las comunidades desde sus usos, tradiciones y costumbres, afectando la autonomía en sus gobiernos regionales.
“Este sistema de gobierno ha venido imponiendo gobiernos paralelos o gobiernos que no han sido electos por la comunidad, por la asamblea comunitaria, es imposición que ha venido utilizando el gobierno, imponiendo a los que son afines al gobierno de turno. Para nosotros eso es una discriminación ante el ejercicio de los derechos autonómicos y también lo vemos en la propiedad”, remarcó.
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Cunningham destacó que otra forma de discriminación es el no aceptar que organismos de derechos humanos den acompañamiento legal a las comunidades y exista un diálogo entre el estado y las comunidades indígenas. Recordó que las víctimas deben tener un defensor público, aunque no tengan un abogado. “Tienen que tener un defensor por oficio”, sino el juicio es nulo.
“Cómo es posible que el Estado de Nicaragua sigue argumentándole a la Corte Interamericana que CIJEL y CEJUDCAN no son los representantes legítimos de las comunidades y que son las comunidades mismas. Es una manifestación racista”, afirmó la defensora de derechos humanos.
Nicaragua debe promover orgullo de ser multiétnica, multicultural y multilingüe
Arelly Barbeyto, socióloga y antropóloga, indicó que la discriminación se vive de distintas maneras, dependiendo de la fortaleza identitaria, del orgullo por la identidad que tienen los niños, las niñas, las personas portadoras de identidad. En este caso la población que así misma se valora y reconoce que es, por ejemplo miskito, creole, tuaska, y en general son además de portadores vivencias diariamente su propia cultura.
“Normalmente en las sociedades más grandes, en los pueblos más grandes, donde son más urbanizados, es donde las personas están más expuestas a la discriminación racial y lingüística. En el caso nuestro, como son sociedades multiculturales vamos a encontrar una mezcla entre discriminación por razones de identidad, pero también por razones lingüística”, detalló Barbeyto.
En el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial, la @CIDH llama a los Estados a adoptar medidas de prevención y reparación integral por graves violaciones de #DDHH para las personas afrodescendientes por razones de origen étnico-racial. #CIDH (1) pic.twitter.com/wfV5ARRraV
— CIDH – IACHR (@CIDH) March 22, 2020
Como ejemplo, mencionó que en Bilwi de donde es originaria, tiene una población mayoritariamente miskita. “Ellos utilizan su lengua materna en todos los espacios. Sin embargo los espacios oficiales, como la escuela, son espacios donde se expresa y se vivencia la discriminación con fuerza. Aunque la Ley expresa que los niños tienen derecho a la educación bilingüe hay una buena parte de las escuelas que pueden ser públicas o privadas, o subvencionadas en nuestro caso, que muchas enseñan en español”, comentó.
Manifestó que muchos niños y niñas en sus casas hablan su lengua materna, pero cuando entran al sistema educativo, si no tienen un manejo básico del español empiezan a tener problemas en el proceso de enseñanza aprendizaje.
“La mayoría de los profesores son bilingües, sin embargo hasta ahora se ha dado la transformación de las escuelas normales, que es para el título de profesores en educación bilingüe. También se está formando al profesorado, tanto en BICU como en URACCAN, de educación multilingüe”, explicó Barbeyto.
Señaló que hay casos como el de Corn Island, en el cual los estudiantes hablan hasta tres idiomas.
Recordó que el programa de educación bilingüe intercultural es una reivindicación histórica, creado en 1984.
Indicó que aunque no sufren discriminación lingüística hay que recordar que hay comunidades indígenas en el pacífico, centro y norte que deben ser reconocidas y respetadas.
“Quizá no lingüística pero sí cultural e identitaria. El hecho de que ellos hayan sido despojados de su lengua materna, producto de los procesos coloniales, no significa que no están expuestos a la discriminación identitaria en este caso. Cuando se reivindican así mismos orgullosos de su identidad colectiva. El caso del pueblo de Monimbó o el pueblo de Sutiaba que son los más cercanos a Managua”, remarcó Barbeyto.
Educación debe incorporar componente de interculturalidad
Recomendó que en todos los subsistemas educativos se incorpore el componente de la interculturalidad, como algo básico en el país. Detallando que se trate no es solo educar en educación bilingüe e intercultural a la población que todavía habla sus lenguas maternas, sino fortalecer la identidad y reivindicar el orgullo de ser portadores de una identidad colectiva, así como de reivindicar derechos, en el caso de la población indígena y afrodescendiente.
“Ese desconocimiento enorme que existe de parte de los pobladores de Nicaragua que son la mayoría y que no respetan y reconocen a las minorías lingüísticas, identitarias, tiende al racismo y discriminación”, dijo Barbeyto.
Comentó que este cambio debe incluir a los medios de comunicación, que juegan un papel importante en el desarrollo de contenidos para devolver a Nicaragua el orgullo de la identidad. “Todas las instituciones sociales deben de colaborar con ese objetivo de tratar con respeto y para eso necesitan conocer, para establecer el diálogo intercultural. El conocimiento con respeto”, dijo.
Cunningham coincide en este punto, al recomendar que el Estado de Nicaragua debe eliminar de sus estructuras las manifestaciones de discriminación racial.
“Tenemos que trabajar un modelo de vida donde se acepta la diversidad cultural. Y donde esa visión etnocéntrica debe ir desapareciendo. Estamos hablando de una inclusión, dentro del desarrollo nacional, con la participación efectiva de los pueblos indígenas y afrodescendientes, donde haya un consentimiento previo, libre, informado, sin coacción, sin prebenda”, afirmó.
Discriminación por pensar diferente
Braulio Abarca del colectivo de Derechos Humanos, Nicaragua Nunca Más, indicó que la discriminación racial y étnica contra las poblaciones indígenas y afrodescendientes, así como todo aquello que no representa lo “históricamente correcto” o “históricamente normalizado”, data de muchos años en el país.
“Es decir el hombre blanco heterosexual, de dinero, clase media, educado, que tiene acceso a cierto poder. La discriminación tiene una relación intrínseca con el poder que ostenta la persona. En primer lugar, en segundo lugar es que es un delito reconocido dentro del mismo código penal el delito de discriminación. Sin embargo nunca en la historia de Nicaragua se ha aplicado”, relató Abarca.
Resaltó que no se ha visto un esfuerzo por respetar a las poblaciones indígenas y afrodescendientes que son las principales víctimas de discriminación, pese a existir tres sentencias de la Corte Interamericana de Justicia.
Indicó que aunque hay leyes nacionales no se cumplen y enfatizó que la discriminación en su conjunto incluye a personas LGBTI, discapacidad con discapacidad, población vulnerable como la niñez y las mujeres.
“Nicaragua es el país de las maravillas, donde hay leyes perfectas, magníficas, que nunca se han aplicado, que jamás han entrado en una vigencia real”, aseguró Abarca.
Además, incluyó a los opositores o minorías políticas que también sufren discriminación. “Existe una discriminación de todo aquello que esté en contra del gobierno de Nicaragua”, dijo.