Desde el pasado 28 de mayo, el régimen de Daniel Ortega emprendió una cacería de personas vinculadas a la extinta Fundación Violeta Barrios de Chamorro (FVBCH), precandidatos presidenciales, opositores de distintas plataformas políticas, banqueros y periodistas críticos de su administración. A la fecha, el régimen ha detenido a 26 personas, las cuales llevan hasta este 11 de julio entre 44 y seis días «secuestrados» o en condición de casa por cárcel.
Diferentes organismos de derechos humanos y gobiernos democráticos han denunciado que estas personas no han contado con un debido proceso y no cuentan con garantías mínimas, como poder comunicarse con sus familiares.
Entre las 26 personas “secuestradas” por el régimen orteguista entre el 28 de mayo y el 5 de julio, se encuentra Tamara Dávila, que fue capturada por la Policía orteguista el pasado 12 de junio. Su hermana, Ana Lucia Álvarez Vijil, la describe en esta entrevista con LA PRENSA.
¿Quién es Tamara Dávila?
Tamara Dávila es una mujer feminista de 40 años que ha dedicado su vida a la defensa, sobre todo de los derechos de las mujeres, de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Y en los últimos años, dada la crisis política, decidió también integrarse en el activismo político. Obviamente la defensa de los derechos humanos de las mujeres es una actividad profundamente política, pero es desde los movimientos sociales. Ella a partir de la crisis, decidió además hacer política desde otros espacios, más vinculados a temas partidarios y electorales.
¿Recuerda cuándo comenzó Tamara a realizar activismo?
Fíjate que no me acuerdo. Es que como fue hace tanto tiempo que no me acuerdo. Bueno, Tamara me lleva seis años. Me acuerdo que era una niña cuando veía a Tamara ir a marchas feministas. Tal vez cuando empezó la universidad, diecisiete, dieciocho años. Me acuerdo que además iba a las marchas del 6%. Yo habré tenido, tal vez doce años. Desde que soy una adolescente me acuerdo de Tamara involucrada en alguna actividad que tenía que ver con empatizar, con la realidad del país y con vivir, también, desde la profunda indignación lo que está sucediendo.
Profundizando un poco en el tema del activismo, ¿qué tipo de acciones concretas realizaba Tamara para lograr incidencia social y política?
Tamara es psicóloga y perdió a su mamá cuando era muy joven, tenía dieciocho años, recién estaba empezando la universidad. Me acuerdo que su tesis de la carrera fue sobre: cómo viven el duelo las mujeres jóvenes. Me parece que además es algo que no se habla en Nicaragua, pues el duelo, los duelos en general son cosas que no se nombran, que están ocultas. Y no solamente el duelo de una pérdida, digamos personal o familiar, sino incluso en los duelos colectivos que tienen que ver con los procesos políticos, con las conflictividades sociales, con las conflictividades políticas. En Nicaragua tampoco se han ni abordado ni resuelto. Entonces creo que desde ahí pues, desde comenzar a escudriñar un poquito temas desde también lo personal y de hecho las feministas siempre decimos lo personal, también es político.
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El énfasis de la psicología en la Universidad Centroamericana (donde estudió Tamara) es más clínico y hacen algunas prácticas de psicología social comunitaria. Y me acuerdo que cuando ella hizo esa práctica, ella dijo algo como “esto es lo mío”. Desde ahí como que daba luces de su llamado, por así decirlo. Entonces ella como que siempre dijo que lo que le gustaba de la psicología era eso, la parte social comunitaria. Después me acuerdo que saliendo de la universidad trabajaba en un proyecto en Ciudad Sandino y que viajaba casi todos los días hasta Ciudad Sandino a trabajar en una comunidad.
Después trabajó temas de derechos sexuales y reproductivos, específicamente con mujeres con VIH. Digamos que Tamara no solamente ha hecho activismo, sino también en su trabajo siempre decidió escoger temas que tenían que ver con poder transformar su entorno desde una lógica que incluyera los derechos de las mujeres.
En cuanto a la crisis sociopolítica que estremeció a nuestro país desde abril del 2018, ¿Cómo se involucró Támara?
Desde el primer día Támara estuvo transportando víveres hacia la Universidad Politécnica (UPOLI). Me acuerdo que ahí se encontró a un grupo de chavalas que no estaban seguras si salir o no y las acompañó en su proceso de salida de la universidad. Así comenzó. Y después de eso, en toda la toda la primera parte, donde hubo más asesinatos, personas heridas y demás, en ese momento donde todavía podíamos salir a la calle, manifestarnos ampliamente y demás, el rol fundamental de Tamara fue sobre todo el ser parte de redes humanitarias, que garantizaban el acceso a la salud a personas que habían tenido heridas, lesiones y demás.
Támara hablaba también sobre cómo fue muy doloroso para ella colaborar con esas redes. Porque dentro de esa responsabilidad también estaba garantizar ataúdes a muchas de las familias de las personas asesinadas. Es decir, este régimen, no es solamente un régimen genocida, que ha cometido un crimen de lesa humanidad, sino también es un régimen que ha enfocado la violencia en las personas mas pobres. Es un régimen cuya violencia de estado es sumamente clasista. Entonces muchos de los familiares de las personas asesinadas ni siquiera tenían dinero para un ataúd. Creo que eso la marcó mucho.
¿Cómo fue que Tamara pasó a ser parte de la Unidad Azul y Blanco?
Tamara antes del estallido de la crisis ya había tomado la decisión de, más allá de ser activista y de ser defensora de derechos humanos, integrarse en política y específicamente en política partidaria. Creo que uno o dos años antes de la crisis ya era parte de Unamos, antiguamente conocido como Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Justamente a principios de ese año (2018) ella había sido electa parte de la comisión ejecutiva de ese partido. Entonces cuando la crisis se siguió consolidando en Nicaragua y se vio la necesidad de poder construir una alternativa de unidad ante la represión del régimen que pudiera garantizar de alguna forma algún tipo de salida democrática para el país, pues ella decidió unirse al espacio que creyó que podía representar más esas voces diversas de Abril. Y ella identificó esa alternativa en la Unidad Azul y Blanco (UNAB).
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Comenzó a involucrarse desde la fundación de la unidad que fue sino mal recuerdo en septiembre u octubre del 2018. Ella primero se involucró como parte de la Comisión de movilización. Fue el tipo de liderazgo que tiene Tamara, que no es un liderazgo autoritario, sino más bien todo lo contrario, lo que le permitió también poder coordinar esa comisión durante un tiempo. Después de eso, del esfuerzo que se hizo en la comisión de movilización, ella postuló para el consejo político y la gente la verdad que la quería, confía en ella y en lo que representa ese liderazgo.
¿Qué tipo de asedio sufría Tamara antes de ser detenida?
El primer momento en el que Tamara comenzó a recibir asedio fue después de la conferencia que hizo un grupo de feministas por las agresiones que estaba sufriendo Ana Quiroz en ese momento, creo que varias de las feministas que estuvieron en esa conferencia después recibieron asedio, incluyendo a Tamara. En ese momento además estábamos viviendo juntas Tamara, Ana, Margarita y yo entonces había bastante asedio. En esa casa habían motos, habían patrullas cada vez que salíamos nos seguían. En ese momento decidimos buscar un lugar seguro. Entonces nos fuimos. Me acuerdo que el hostigamiento en esa casa duró dos meses más, a pesar de que la casa ya en ese momento estaba vacía.
Antes de eso, justo cuando estaba empezando ese hostigamiento, antes de que nos fuéramos a un lugar seguro, fuimos a una manifestación en octubre del 2018 donde se llevaron detenidas a treinta y tres personas. Ahí estuvimos detenidas como 26 horas más o menos. Luego de eso fue cuando el hostigamiento se intensificó y nos fuimos de esa casa. El hostigamiento más fuerte hacia Tamara se volvió a dar a principios de este año. En ese momento lo que sufrió fue un hostigamiento sistemático, permanente, 24 horas al día, 7 días a la semana. Tanto de policías como de civiles no identificados. Y eso en muchos casos, tanto en el caso de Tamara como en el de otras personas, resulta en casa por cárcel de facto. En donde, sobre todo en días emblemáticos, la policía de forma ilegal, de forma arbitraria, sin ningún tipo de documento o de sustento le decía a Támara: “mira, hoy no podes salir”. Y así pasaban tres o cuatro días sin que nadie pudiese salir de la casa. Esa situación de hostigamiento permanente es muy, muy seria y es importante que sigamos documentando la gravedad de eso, porque el régimen trata de pintar otra realidad en la comunidad internacional.
¿Qué consecuencias trajo este asedio? ¿Cómo afectó a Tamara y a su familia?
Eso tiene consecuencias súper fuertes, en la parte emocional, por ejemplo eso te mantiene en un estado de hipervigilancia permanente, te hace estar en un estado de alerta constante. Los estados de alerta constante también son muy peligrosos. Ocasionan trastornos del sueño y al final el no poder dormir, tienes estragos muy fuertes en la persona. Por otro lado, es muy difícil, por ejemplo, que tu familia llegue o poder salir a ver a tu familia porque pones en peligro a otras personas.
En el caso de mi sobrina, la niña pasó básicamente cinco meses en una situación de hostigamiento permanente y aunque Tamara buscaba muchos mecanismos para poder sortear eso, al final de cuenta la niña está clara de que hay una patrulla afuera de la casa cada vez que salía o cada vez que entraba. En algunas ocasiones tomaban fotos. Eso también son prácticas que violentan uno de los principios más importantes que deben de proteger los estados que es el interés superior de los niños y las niñas. Algo que se violentó en los casos de los allanamientos. Por ejemplo, en el caso de Tamara, de Suyen o de Miguel Mora, donde sabía la policía que tenían a niños y niñas dentro porque tenían vigiladas esas casas y decidieron entrar, a pesar de que estaban haciendo un allanamiento ilegal, arbitrario, sin orden, fuera de horario.
🚨 La activista y feminista Tamara Dávila fue detenida en su casa, la noche del pasado 12 de junio,
ante su hija de 5 años, sin orden de allanamiento ni de captura.
Desde entonces está presa en el “Nuevo Chipote”, sin que su familia ni su abogada hayan tenido acceso a ella.— Articulación de Movimientos Sociales de Nicaragua (@ArticulacionNic) July 11, 2021
¿Qué irregularidades existen en el caso de Tamara?
El régimen viene creando una serie de leyes que son inconstitucionales, que violentan muchos principios de la Constitución y que además de eso son leyes ilegítimas que obedecen a un propósito político, pero que van en contradicción y en detrimento de bienes jurídicos que protegen la integridad de la gente. Entonces, creo que lo que buscan estas leyes es encubrir y justificar la criminalización de la disidencia, la criminalización de la protesta social. Entre esas leyes tenemos la Ley de la Soberanía. Con esta ley no hay ni siquiera un establecimiento claro de los tipos delictivos que se están penalizando. Si los hay, son inciertos, son imprecisos.
Eso ya es un primer elemento, no se puede aplicar una ley con delito que ni siquiera tenés tipificado claramente. Por otro lado, ellas (las presas políticas) ni siquiera están acusadas. Hay un ocultamiento muy grande de información, pero hasta donde sabemos, a ellas lo único que se les ha aplicado es una audiencia para ampliar las garantías constitucionales de 48 horas a 90 días. Eso incluso es totalmente violatorio a derecho y garantía. Es decir, ¿cómo vas a tener a una persona sin ser acusada 90 días presa, declarando prisión preventiva casi que de facto?
Por otro lado, todo el tema de la obstaculización del derecho a la defensa. Yo estoy segura, porque con Tamara lo hablamos, con Ana Margarita lo hablamos, con Dora lo hablamos, que ellas tenían claridad de quien querían que fuera su abogada. Yo estoy segura que en el momento en el que a ellas las llevaron a una audiencia, dijeron ese nombre. Y a pesar de eso no se le comunicó a esa abogada.Esa abogada, además, ha estado durante muchos días en los juzgados atenta a que se le proporcionara alguna información para poder entrar a la audiencia, pero nunca se le dio información, siempre se le dijo que no estaba pasando nada, que no había ninguna audiencia. A nosotros como familiares tampoco se nos notificó. Es decir, hubo probablemente una audiencia a puerta cerrada, una audiencia secreta; que lo que buscaba por un lado, era imponerles una defensora o defensor público de oficio.
Aquí todo el sistema de administración de la justicia, entiéndase el Poder Judicial, la Defensoría pública, la Fiscalía y la Dirección de Auxilio Judicial, están totalmente coludidos. Entonces, obviamente le funciona al Régimen poner defensores públicos de oficio, porque a través de eso pueden ocultar lo que está sucediendo en audiencia, a través de eso pueden mantener, ese círculo de hierro que tienen alrededor del acceso a la información pública. Han violado también el principio de publicidad de los juicios, han obstaculizado el derecho a la defensa, no solamente porque no están permitiendo tener acceso a abogados de su elección, sino también porque están ocultando el número de expedientes judiciales y el acta de audiencia.
Nosotras ingresamos todos los días al sistema del Poder Judicial para ver si está pública toda la documentación que por ley debería estar pública y no lo está. Hemos interpuesto una cantidad absurda de escritos para poder tener acceso al expediente, para poder tener acceso a la visita, para que se realicen valoraciones médico legales Y nada, nada ha sido atendido.
¿Qué acciones están tomando para lograr la libertad de Támara y de los más de 130 presos políticos?
Por un lado acciones jurídicas, aunque sabemos que en este sistema de justicia no vamos a obtener justicia. Sin embargo, creemos que es fundamental seguir dando la batalla en ese ámbito. ¿Por qué? Porque aquí en Nicaragua nunca más puede haber una política de olvido y una política de borrón y cuenta nueva. Evidencia y deja un rastro. Y evidenciar y dejar un rastro es fundamental para poder establecer la responsabilidad que tiene el Estado de Nicaragua y las responsabilidades que tienen los operadores que están ejecutando y operacionalizando la represión en todas las instituciones.. Entonces creemos que es fundamental poder dejar ese rastro, así como también lo están haciendo muchísimas familias de presos y presas políticas. Es una tarea difícil porque significa ir pasar tu día en una burocracia terrible que vos sabes que en este momento no van a rendir frutos. Pero tenemos la convicción y el compromiso de que en Nicaragua haya justicia sin impunidad y la justicia sin impunidad, implica también que los responsables de la represión y de las violaciones a los derechos humanos rindan cuenta el pueblo en Nicaragua.
Además, eso nos permite entender cuáles están siendo el conjunto de derechos que se están violentando y el conjunto de arbitrariedades y violaciones al debido proceso. No solamente desde la perspectiva de Tamara, sino también entendiéndolo en su sentido más amplio, donde hay más de 134 personas en esta misma situación y es importante lograr hacer incidencia internacional tanto en las organizaciones internacionales como en los distintos países para que puedan tomar conciencia de que, si bien en este momento estamos viviendo una ola de represión, esto al final es parte de una política sistemática y generalizada de represión y que en Nicaragua llevamos tres años resistiendo esto y eso es fundamental posicionarlo.
Esa idea es fundamental posicionarla, porque si no corremos el riesgo de que vuelva a pasar lo mismo, que haya un pico de represión y que cuando ese pico caiga, porque así funcionan los regímenes represores, hay momentos donde la represión es más intensa y después de ese momento de intensidad hay otras formas de sostener esa represión, entonces, cuando ese pico de alguna forma descienda y que la represión se siga sosteniendo a través de otras formas represivas, la comunidad internacional tenga una noción de que aquí no está pasando nada. Entonces poder evidenciar todas estas cosas es fundamental para que la comunidad internacional entienda lo que efectivamente está pasando. Que la presión que se pueda hacer a través de los distintos mecanismos no desescale también, sino que se mantenga. Entonces, esos son los ámbitos en los que estamos, resistiendo y luchando por la liberación no sólo de Tamara, sino también de los más de 124 presos políticos. Aquí no podemos pensar en la liberación de una sola persona o de un grupo de personas, sino en la totalidad de personas que están sufriendo estas mismas violaciones a sus derechos humanos.
A los 12 de la noche se cumple el término establecido por la @CorteIDH para que liberen @jaguerrich @Jschamorrog y @maradiaga después de las 00 horas #Nicaragua incurrirá en un ilícito internacional y en más aislamiento.
— Enrique Genie Alvarado (@EnriqueGenieA) July 10, 2021