La reacción de la familia ante una denuncia de violencia sexual de parte de un infante puede ser muy diversa, pero las afectaciones son mayores cuando el abusador sexual es un pariente. Cuando se presenta una situación como esta, todo el sistema establecido dentro de la familia se quiebra, lo que implica transformación y cambio para todos los miembros, afirmó la psicóloga Whitney D´León Núñez.
La psicóloga agregó que existe una necesidad por parte de la familia de hacer creer ante las demás personas que las rodean y la sociedad que se conservan la institucionalidad además de seguir velando por la unidad. “Esto es algo que podemos identificar también en los discursos estatales, como se habla de la importancia del bienestar familiar como sólido, unificado y que eso puede estar de por medio para que una familia no sea comunicativa y consciente de atender una situación de violencia sexual”, dijo.
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“Sufrí abuso por parte de dos hombres de mi familia cuando yo tenía 11 años. La primera vez se lo conté a mi mamá porque ya habíamos tenido la plática de si alguien me tocaba en lugares no aptos, yo se lo tenía que decir. Ella me creyó y me dijo que lo iba a solucionar, sé lo dijo a mis tías y a mi abuela, pero no paso a más. Esa persona siguió frecuentando mi casa, no me volvió a tocar porque yo tomaba mis medidas, pero nunca me dejó de ver de manera lasciva”, contó una joven sobreviviente de abuso sexual.
Las consecuencias que pueden tener en los niños que sigan conviviendo con su abusador pueden ser diversas, afirmó la psicóloga. Es un proceso revictimizante y no existe garantía que no se vuelva a repetir y como se le va a hacer entender al menor que están en un espacio seguro luego de haber vivido con anterioridad una situación de violencia sexual.
Él no es así
La joven sobreviviente de abuso sexual también relató que cuando contó que sufrió por segunda vez abuso sexual y se lo contó a una tía no le creyó porque “ella dijo que él no es así”, y ella decidió no volverlo a contar porque estaba confundida. “Ya me había dos veces, a la misma edad y los adultos de mi alrededor que me debían proteger no hicieron nada y manera que encontré de sobrevivir fue empezar a disociar porque no entendía lo que pasaba porque me habían dicho que si me tocaban estaba mal y en la práctica no fue así, y tampoco podía creer que quienes me habían hecho daño eran parte de mi familia personas que se supone estaban para cuidarme.”
La manera de velar por los derechos de la niñez, para la psicóloga D´León es ser conscientes y responsables con que la seguridad, la protección y su bienestar integral es lo primordial. También explica que para los niños los adultos de su familia son los referentes de velar por su seguridad y su protección para que los niños puedan pasar por todas sus etapas de desarrollo con amor y con todas las libertades dándoles apoyo y contención. “Eso es lo que tenemos que hacer como familiares de niños y niñas, pero también como adultos que formamos parte de la sociedad que convivimos con otros niños y como niños que fuimos y somos todavía”, finalizó la psicóloga Whitney D´León Núñez.