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Los presos políticos se mantienen bajo condiciones de tortura en Nicaragua.

UNAB y Alianza Cívica aseguran que continuarán demandando en 2022 la liberación de todos los presos políticos

Hasta el 30 de diciembre, según datos del Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas son 170 presos y presas políticas. Otras de las demandas de los opositores, es la unidad y el cese de la represión

A través de mensajes de fin de año, las organizaciones opositoras Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (UNAB), por separado, coincidieron en señalar cada una de las acciones represivas que ejecutó el régimen de Daniel Ortega durante este 2021, tal es el caso del encarcelamiento de sus líderes y activistas, por lo que aseguraron que en este próximo año 2022, la demanda principal será la “liberación inmediata e incondicional” de todas las personas presas y presos políticos.

En esa misma línea, las organizaciones opositoras destacaron la resilencia del pueblo nicaragüense ante la dictadura Ortega Murillo, y mencionan que ejemplo de ello, fue la abstención que se vivió el 7 de noviembre pasado cuando los ciudadanos decidieron no acudir a las urnas. “Más del 80% de los nicaragüenses se abstuvieron de ir a votar, a pesar de
todas las represalias de la dictadura y, la comunidad internacional descalificó el proceso electoral por no cumplir
con los estándares internacionales y regionales”, indica la Alianza Cívica.

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Por su parte, la UNAB refiere que “durante el primer semestre, la Unidad Nacional luchó para que fuesen posibles unas elecciones libres, legítimas y observadas por la comunidad internacional. Sin embargo, la dictadura decidió tomar el rumbo del fraude y la ilegitimidad”.

Continuarán demandando la libertad de los presos políticos

Ambas organizaciones opositoras sufrieron por igual la detención de sus líderes y activistas políticos, a partir de mayo pasado, y por ello afirman que en el 2022 continuarán demando su libertad. La UNAB contabiliza a 18 de sus integrantes encarcelados en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) conocido como el nuevo Chipote; en la cárcel de mujeres La Esperanza, y en otros centros de detención.

“Por todas esas personas encarceladas, por las víctimas, por los miles que están sufriendo exilio y por todas sus familias, la Unidad Nacional continuará trabajando en el fortalecimiento territorial, en la acción internacional y en la creación de confianza con diferentes actores de la oposición, en aras de una confluencia que aglutine a todas las personas dentro y fuera de Nicaragua”, indica la UNAB.

La Alianza Cívica señala que en el 2022 reitera sus principales demandas, que son la liberación de todos los presos políticos, el cese de la represión, la revocación de las leyes que restringen los derechos fundamentales de los nicaragüenses, el retorno de los organismos internacionales de derechos humanos y la realización de unas elecciones libres previo reformas electorales que permitan la transición hacia una Nicaragua con justicia y democracia.

En Nicaragua el número de opositores encarcelados se elevó a 170 en diciembre, informó este viernes el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, cuyos datos son avalados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “Hasta noviembre pasado la cantidad de presos políticos era de 168, sin embargo, otros tres opositores fueron capturados y uno excarcelado, para establecer la cantidad en 170, sin incluir el último día del año”, informó el Mecanismo.

Abogan por la unidad

En otro sentido, las plataformas opositoras aseguraron en sus comunicados que ante la demanda de los nicaragüenses por la unidad ambas están conscientes de que es la única forma de derrotar al régimen de Ortega.

“Para nuestra Alianza, la construcción de un consenso sobre una estrategia de lucha cívica clara y viable es la base
sobre la que debe descansar la unión de las fuerzas opositoras que deseamos y por la que seguiremos trabajando.
La dictadura Ortega-Murillo está en medio de un proceso claro de radicalización y sin ninguna pretensión de
solucionar o aliviar la crisis. En consecuencia, los nicaragüenses debemos fortalecer nuestras convicciones y
anhelos de justicia y democracia, para seguir resistiendo”, asegura la Alianza Cívica.

Mientras que la UNAB expresa que “hemos entendido el mensaje del pueblo nicaragüense. La derrota de la dictadura se logrará con la concertación de esfuerzos claros que trascienden siglas, credos y clases. Las bases de la libertad y la democracia no surgirán de pactos o acuerdos a espaldas del pueblo. Estamos comprometidos con las verdaderas demandas ciudadanas. La conquista de la democracia pasa por la unidad de la oposición y a ella debemos abocarnos: con sensatez, autocrítica, transparencia, paciencia y constancia. Solo así podremos mantener vivas las esperanzas de quienes salieron a las calles en abril de 2018 y resisten activamente”.

Una vez más la UNAB dejó por sentado su postura ante los anuncios de un eventual diálogo promovido por la dictadura, y expresa que el sentir de sus estructuras y el eco de la opinión de las familias de las personas presas políticas.

“No existen ni las condiciones ni la voluntad real por parte del régimen para un diálogo creíble y efectivo. Como demócratas, que queremos una solución cívica y pacífica, creemos que el diálogo puede ser un mecanismo para la resolución de conflictos. Pero no cualquier dialogo, no a cualquier precio y no bajo las condiciones de la dictadura”, menciona la UNAB.

Y además hacen un llamado a todas las organizaciones cívicas, políticas, económicas y de sociedad civil de Nicaragua, a las organizaciones de diáspora, exilio y de solidaridad a concertar nuestros esfuerzos para demandar:

  • La libertad total e incondicional y pleno vigor de los derechos políticos de todas las personas presas políticas.
  • El cumplimiento a cabalidad de los compromisos asumidos por el régimen en el frustrado diálogo de marzo del 2019, que implica el cese del Estado policial de facto impuesto en las calles, así como la plena vigencia de las libertades fundamentales.
  • El retorno seguro y sin persecución de las personas exiliadas y obligadas a salir en su momento del país.

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