El observatorio Civicus Monitor bajó de categoría de “reprimida” a “cerrada” a Nicaragua en diciembre 2021 y esta calificación se mantiene en cuanto al espacio cívico.
La calificación del espacio cívico mundial en los diferentes países están calificadas como 39 abiertas, 41 como limitadas, 43 como obstruidas, 49 como reprimidas y 25 calificadas como cerradas, entre estos Nicaragua.
“Cerrado” es la peor calificación que puede recibir un país y el único otro país de las Américas con esta calificación era Cuba. En realidad, una calificación cerrada significa que “prevalece una atmósfera de miedo y violencia en Nicaragua, donde las personas son encarceladas y atacadas rutinariamente por ejercer sus derechos cívicos de asociación, libre reunión y expresión”, expuso el observatorio.
Los argumentos para bajar a Nicaragua en su calificación fueron las detenciones arbitrarias y las desapariciones forzadas, así como la criminalización de las organizaciones de la sociedad civil y los ataques a medios de comunicación.
De acuerdo con el observatorio: “El gobierno del presidente Daniel Ortega intensificó su represión a la sociedad civil y miembros de la oposición en 2021, dejando en claro que no hay absolutamente ningún espacio para la disidencia. Una represión sin precedentes contra los grupos de oposición y los defensores de los derechos humanos comenzó a fines de mayo cuando una ola de arrestos por cargos falsos se extendió por todo el país”.
Débora Leão, investigadora del Espacio Cívico de las Américas en Civicus remarcó que la censura, la vigilancia y los ataques a las libertades periodísticas “se han puesto a la orden del día en Nicaragua”.
“El gobierno de Ortega está violando los derechos de los profesionales de los medios ya que las autoridades violan persistentemente el derecho a la libertad de expresión. Los derechos políticos también están siendo pisoteados: las restricciones informativas privan al público del acceso a la información y aseguran que las voces de la oposición sean silenciadas”, afirmó.