A finales de mayo e inicios de junio del año pasado inició una ola de detenciones que suma más de 45 privados de libertad, varios de ellos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote. Miembros del Colectivo de Derechos Humanos, Nicaragua Nunca Más, crearon una réplica de “la chiquita”, una de esas cárceles, para explicar las torturas y malos tratos a los que son sometidos los presos políticos.
Ruth Quiroz Hernández, psicóloga del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, detalló algunos de los efectos de estar en estas cárceles por más de un año, como el caso de Walter Gómez y Marcos Fletes, quienes ya superaron los 365 días privados de libertad en estas celdas.
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“Más allá del deterioro físico, porque no podemos desligar el deterioro físico de la parte mental. El deterioro mental que están sufriendo estas personas vamos a decir que es prácticamente irreversible, el daño psicológico, posiblemente van a tener secuelas a lo largo de su vida”, afirmó Quiroz.
Indicó que la experiencia les ha mostrado el impacto de estas secuelas. Comentó que han visto casos de personas que han sido excarceladas y han logrado tener “contención”, al conseguir apoyo psicológico y más o menos se han estabilizado en un período de tiempo de dos años de tratamiento.
“Apenas y se están estabilizando y porque han logrado conseguir la atención, pero en el caso de las personas que no han logrado conseguir la atención psicológica lo más pronto posible ese daño podría volverse un trastorno de la personalidad, una patología muchísimo más severa, con consecuencias muchísimo más desgastante”, advirtió la psicóloga.
De acuerdo con Quiroz, el mínimo daño que se podría encontrar en los casos de los presos políticos es un “trastorno de estrés postraumático”, que ocasiona muchos síntomas a nivel cognitivo especialmente, pensamientos irracionales. “Estamos hablando de muchísimo deterioro en la forma de pensar, en las emociones, en el manejo de sus emociones, estamos hablando de deterioro conductual. Muchas veces las personas después de un evento de esta magnitud desarrollan conductas autodestructivas y pues esto se puede volver una patología demasiado complicada que impida a raíz de este evento el desarrollo de la vida normal de una persona”, añadió.
Tortura psicológica
Los presos de la DAJ han pasado tres meses o más sin ver a sus familiares. En la primera de siete visitas que se les han realizado a los que ya llevan un año de detención se les mentía y se les decía que sus familiares también estaban detenidos. Esto de acuerdo a Quiroz es “tortura psicológica”.
“Estás generando un estado de alerta, un estado ansioso, tanto para la familia como para la persona porque muchas veces hay amenazadas de que le están haciendo daño a sus familias o que sus familias están siendo afectadas en alguna magnitud y por supuesto que eso es parte de la presión psicológica que busca destruir todos los recursos interiores que posee la persona. Que busca anular su personalidad, su integridad como ser humano y por supuesto es una tortura”, explicó.
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Indicó que las visitas dejando pasar tanto tiempo también afectan a los presos políticos y a sus familias porque se afecta un vínculo. Las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos de las Naciones Unidas, conocidas como “Reglas Nelson Mandela”, establecen que lo máximo que deben de pasar los reos sin ver a sus familiares son 21 días
“Afecta a la persona que está siendo víctima directa y a la familia porque la separación familiar, la ruptura de los vínculos que estas personas tienen con sus familias intencionada, dirigida, por supuesto que deteriora la capacidad mental de estas personas, sus vínculos, relaciones y eso por supuesto es una violación a sus derechos, es algo que no debería de ser pero está desgraciadamente ocurriendo y que por supuesto es un acto de tortura”, explicó Quiroz.
En el caso de las visitas, mencionó que cuando los presos tienen hijos menores de edad también se están afectando los derechos de los menores. “Se agrava porque recordemos que estas personas necesitan a sus padres en sus vidas. Recordemos que el vinculo que una niña o un niños tenga con su madre y su padre es súper importante para el desarrollo de su personalidad. Los padres deben ser figuras de apego positivas en la vida de una persona menor de edad. Les están robando esa posibilidad. Les están privando del derecho que tienen a crecer bajo un vínculo de afecto seguro con sus padres o sus madres”, finalizó.