Cinco presos políticos de la última ola de detenciones del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo cumplen hoy 220 días privados de libertad. Se encuentran en diferentes sistemas penitenciarios, pero están siendo tratados con más restricciones que los demás reos, al no permitirles acceso a ciertos libros, salir al patio y haberlos procesados y juzgados por leyes con las que el régimen ha castigado a los opositores.
Nidia Barbosa, de 66 años, se encuentra en el Sistema Penitenciario de Masaya, con una condena de 11 años de prisión por los supuestos delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas”.
Barbosa es una de los diez presos políticos mayores de 66 años, con graves problemas de salud. Padece bradicardia sinusal y artritis reumatoide. Entre el 6 de noviembre y el 14 de diciembre, cuando estuvo detenida en la estación policial de Masaya, en tres ocasiones fue hospitalizada en estado grave.
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El opositor Donald Margarito Alvarenga Mendoza, de 56 años, se convirtió en el primer opositor nicaragüense en ser condenado bajo la cuestionada Ley Especial de Ciberdelitos y la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y la Autodeterminación para la Paz en Nicaragua.
Fue condenado a 12 años de cárcel por “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación”. Se encuentra en el Sistema Penitenciario de Chinandega.
La promotora de Derechos Humanos, Evelyn Pinto, fue condenada a ocho años de prisión: cinco por el supuesto delito de conspiración para cometer menoscabo y tres años por propagación de noticias falsas. Se encuentra en el Sistema Penitenciario de Mujeres La Esperanza.
El economista Harry Chávez fue condenado a diez años de prisión por delitos de “conspiración para cometer menoscabo contra la integridad nacional y de ciberdelitos”.
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Chávez trabajó para el Instituto para el Desarrollo y la Democracia (Ipade). Luego de su detención permaneció durante varias semanas en las celdas preventivas de la estación policial del Distrito Uno de la capital. En los primeros días de diciembre lo trasladaron al Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro, conocido como la cárcel Modelo de Tipitapa; y durante los primeros meses de encarcelamiento sus familiares no pudieron verlo.
Yaser Muhamar Vado, de 26 años, fue detenido en un puesto fronterizo con Honduras, mientras intentaba exiliarse para evitar su encarcelamiento. Ahora ha sido condenado a 10 años de prisión por el supuesto delito de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” y de “propagar noticias falsas”.
Los cinco fueron detenidos sin orden de captura, fueron juzgados en procesos que de acuerdo con defensores de derechos humanos estaban cargados de irregularidades. Sus tratos en los diferentes sistemas penitenciarios incumplen más de una de las Reglas Mínimas para el Trato de Reclusos establecidas por las Naciones Unidas y conocidas como Reglas Nelson Mandela.
A los que se les permiten libros se les controla qué van a leer, por ejemplo un libro no autorizado es “Los Miserables”, salen poco o nada al patio a diferencia de los otros reos y las visitas de sus familiares, aunque son más frecuentes que los detenidos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote, son más controladas que las de los otros presos.