Tres líderes del Movimiento Campesino y dos líderes estudiantiles cumplen hoy un año de estar en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocidas como el Chipote. Los cinco fueron llevados a juicios por los supuestos delitos de “conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional” y “menoscabo a la integridad nacional”, pero la gente los tiene más en su memoria por ser personas humildes, de familias que se opusieron a la administración de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Pedro Mena, Freddy Navas, Medardo Mairena, Lesther Alemán y Max Jerez fueron detenidos la noche del 5 de julio de 2021. Estos opositores fueron capturados en operativos simultáneos. La vivienda de seguridad donde se encontraba el estudiante Jerez fue allanada en presencia de otros dos integrantes de la Alianza Universitaria (AUN). Al mismo tiempo estaba siendo allanada la casa de la familia del opositor Lesther Alemán y ocurría la detención de los integrantes del Movimiento Campesino.
Para el exprecandidato presidencial Medardo Mairena y Pedro Mena es la segunda vez que son condenados. El 18 de febrero de 2019 un juez los condenó a 216 y 210 años de cárcel, respectivamente, por el supuesto asesinato de cuatro policías y un profesor durante el supuesto ataque contra una delegación policial en la comunidad de Morrito, Río San Juan, en julio de 2018, durante la época que se encontraban los tranques como manera de demanda de los opositores al gobierno de turno. Mena y Mairena fueron excarcelados a través de la Ley de Amnistía en junio de 2019.
Lea además: Medardo Mairena, Freddy Navas, José Antonio Peraza y Max Jerez acusados por “conspiración”
En esta segunda detención, Mairena fue condenado por el juez Félix Ernesto Salmerón Moreno, Juez Quinto Distrito Penal de Juicios, a 13 años de prisión por “menoscabo a la integridad nacional” y el mismo juez condenó a Mena a 10 años por “conspiración para cometer menoscabo”. En el caso de Navas, la jueza Ulisa Yohosca Tapia Silva lo condenó a 10 años de prisión por “conspiración”.
Dos jóvenes de excelencia académica
A los estudiantes Alemán y Jerez se les recuerda por su participación en el diálogo nacional, pero quienes los conocen los ven más como los jóvenes de excelencia académica, muy unidos a sus familias y comprometidos con el país.
Enrique Cuadra, originario de León y miembro de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), conoció a Alemán y Jerez en enero 2020. A Alemán lo vio leyendo un libro, le reconoció la voz cuando le respondió los buenos días y cuando se levantó a saludarlo y le dijo: “Mucho gusto, mi nombre es Lesther Alemán”.
“Luego entró Max y tuve la oportunidad de conocerlos no como opositores, no como la ciudadanía los vio dando entrevistas, tuve la oportunidad de conocerlos más a fondo, como personas, como ellos son y es increíble, conocerlos te anima a persistir, a resistir y a alzar la voz por su libertad. Son jóvenes de excelencia académica, de familia, que aman a su familia. Max perdió a su mamá estando detenido y no pudo verla”, detalla Cuadra.
Comentó que antes de ser detenidos ambos eran chavalos de casa, de pasar con sus familias la mayoría del tiempo, de universidad, de amistades, valores y principios.
Lea también: Max Jerez y Lesther Alemán, dos presos políticos con excelencia académica
“Lo que los tiene detenidos son sus principios, su lealtad, sus valores y es a lo que la dictadura le teme. Ese miedo a la valentía de los jóvenes, a que son jóvenes preparados, jóvenes de valores y por eso están detenidos, porque la ciudadanía, la comunidad internacional, todo Nicaragua sabe de la inocencia de ellos. Son jóvenes que no han cometido delitos, que lo único que buscan es libertad, justicia y democracia”, afirmó Cuadra.
Los que cumplen un año detenidos hoy han recibido un máximo de ocho visitas, en las que se ha podido constatar que son sometidos a malos tratos y a pesar de eso Alemán y Jerez en las visitas animan a sus familiares y mandan a los jóvenes mensajes de fuerza y esperanza.
Un boerista y un lector
Cuadra recuerda pláticas con Alemán en las que lo convenció de que León era una mejor ciudad que Granada. Relató que el universitario que asaltó la palabra a Ortega en el diálogo tenía su corazón dividido. “Después en el deporte hablamos mucho de beisbol, boerista lamentablemente, pero nos prometimos alguna vez ir a ver un juego del León-Bóer”, dijo.
“En el caso de Max, es un chavalo más reservado, a pesar de que es muy suelto, uno lo ve suelto en los medios, pero es un chavalo más reservado, pero es sumamente inteligente, muy tranquilo, sabe escuchar. A veces uno le dice ‘me estás escuchando’ porque pareciera que no te está escuchando, pero está almacenando todo. Los pasatiempos de Max han sido leer libros y le gusta tomarse un tiempo con sus amigos, salir a tomar un café, es más relax”, añadió.
Sobre el diálogo y la intervención de Alemán, comentó que la razón se puede explicar de la siguiente manera: “Fueron tantos años en los que solo escuchábamos al gobierno y el gobierno no nos escuchaba a nosotros. No era posible que otra vez fuéramos a escuchar al gobierno y el gobierno no nos escuchara. Él cuenta que no tenía nada escrito. Todo lo que dijo le salió en ese momento”.
Problemas de salud
Los familiares de los detenidos en la DAJ han denunciado malos tratos, incomunicación y aislamiento. En el caso de Jerez, ha tenido mejor salud que Alemán, pero ha perdido peso y está en condiciones carcelarias contrarias a lo establecido en las leyes nacionales e internacionales al ser sometido a interrogatorios, permanecer con la luz de la celda encendida y tener poco tiempo para recibir sol.
“En el caso de Lesther, la familia se ha visto muy preocupada por su salud, problemas de una pierna, de la presión, de la cabeza, con migraña. Ha sido de un poco más de cuidado, aunque no se tiene un diagnóstico certero de qué es lo que tiene”, comentó Cuadra.
Finalizó transmitiendo un mensaje a los jóvenes indicando que existe en la juventud un compromiso real de ser protagonistas del futuro diciendo: “No queremos que 40 años después una generación de jóvenes nos eche en cara que no hicimos nada en contra del sistema. Creo que podemos lograrlo con mucha transparencia, es un proceso difícil, pero como jóvenes tenemos ese espíritu de rebeldía, de cambiar las cosas y lo más importante de mantenernos siempre en que esta debe ser una lucha cívica, pacífica, en la que consigamos la restitución de los derechos de todos los nicaragüenses”.