Tamara Dávila, feminista, psicóloga, defensora de derechos humanos, activista y política nicaragüense, fue detenida hace 400 días y las autoridades de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) la han mantenido incomunicada, aislada y sin poder ver a su hija menor de edad, llamarla o intercambiar correspondencia.
Dávila, de 41 años, ha luchado por los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres. Fue detenida el 21 de junio de 2021 sin orden de captura, de una manera violenta y en presencia de su hija de 5 años.
La familia de Dávila presentó un retrato hablado de la presa política en el que se ve extremadamente delgada. Al presentar el retrato solicitan: cese al aislamiento, regulación de visitas, comunicación con hijas e hijos menores, y entrega y manejo independiente de alimentos.
“No tiene ni rastro de odio. Se alza como una mujer gigante. Está lúcida y clara. Tiene planes para el futuro y confía que todo será mejor, y a pesar de todo su alma y su espíritu continúan y continuarán invictas, tal como dice: ‘No me van a doblegar. Yo voy a salir de aquí más inteligente, más fuerte y más comprometida’”, afirman los familiares.
Dávila fue condenada el 3 de marzo a 8 años de prisión, por el supuesto delito de conspiración para cometer menoscabo contra la integridad nacional.
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La sentencia fue dictada por el juez Quinto de Distrito Penal de Juicios, Félix Ernesto Salmerón Moreno, la misma fecha que dictó las condenas en contra de otros siete opositores, incluida Dávila, que pertenecían a un grupo de WhatsApp. Las sentencias oscilan entre los 8 y 13 años de prisión y la inhabilitación para ejercer cargos públicos.