Los presos políticos que se encuentran en la celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), más conocidas como el nuevo Chipote, cumplen más de 74 días sin ver a sus familias, desde la última visita a finales de agosto. Sus familiares empiezan a pedir pruebas de vida, ante la incomunicación y desinformación de su condición de salud.
En las redes sociales familiares de presos políticos han colocado mensajes exigiendo ver a los detenidos y resaltando que han pasado más de 73 días sin poder visitarlos. De acuerdo con la Ley de sistemas penitenciarios, el tiempo máximo entre una visita y otra es de 30 días.
Victoria Cárdenas, esposa de Juan Sebastián Chamorro, quien cumple 518 días en el Chipote, comentó que los familiares «estamos en el punto de pedir prueba de vida».
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El Gobierno exhibió a los presos políticos en lo que llamaron «audiencias informativas», en cuyas imágenes lucían delgados y pálidos. Posteriormente, en la visita de agosto, algunos reos de conciencia anunciaron que harían huelga de hambre en demanda de mejores tratos.