El 30 de octubre del 2000, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad, la cual reconoce el impacto de los conflictos armados sobre las mujeres y las niñas, y lucha por su protección y su plena participación en los acuerdos de paz.
En el marco de la R1325 mujeres de Guatemala, Colombia y Nicaragua discutieron este tema en un conversatorio organizado por el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam).
Durante el conversatorio Somos protagonistas: Mujeres participantes y reconstrucción de la paz a la luz de la R1325, Rosa Wantlan, indicó que se ha incrementado la muerte violenta de mujeres por armas de fuego y eso muestra que “la construcción de la paz es más que la ausencia de la guerra”. Wantlan es docente e investigadora en temas relacionados con la Cultura de Paz y Resolución de Conflictos, y participó en el proceso de Paz en Guatemala.
Concluyó que la R1325 tiene que ver con la vida diaria de las mujeres, con la forma en la que viven y en garantizarles la seguridad, una vida digna y plena.
Además indicó que Guatemala ha avanzado con una mesa de delegación de mujeres, con el resultado de un Plan de Acción Nacional que recoge la problemática de las mujeres, pero que no ha avanzado porque no ha existido voluntad política del Estado. “Se somete uno a los caprichos de la autoridad”, afirmó.
Por su parte Girlandrey Sandoval, docente, investigadora y activista defensora de los DD. HH. de las mujeres campesinas en Colombia, comentó que en su caso, en la experiencia colombiana, la transición democrática se debe de comprender en el marco de la violencia que viene del Estado y de quienes ocupan el Estado en ese momento.
“Las mujeres que ingresan a la guerrilla llegan con una multiplicidad de eventos y llegan con una situación en particular que es huyendo de cosas como la desigualdad, la pobreza y la violencia del Estado”, explicó Sandoval.
Lea también: Margarita Gracheva: “Mi marido me cortó las manos con un hacha”
Al concluir, Sandoval abordó el efecto de la influencia de la derecha en el Estado que afectó a mujeres insurgentes y de comunidad. Remarcó que en Colombia además se debe considerar la distinción por la simpatía política de las mujeres, así como hay impacto por un tema de pertenencia a comunidades indígenas.
Elvira Cuadra, directora de Cetcam, indicó que una de las similitudes en los tres países es el efecto de la “dinamización de la violencia generalizada en contra de las mujeres” por una violencia institucional. En el caso de Nicaragua esta violencia está reflejada por ejemplo por las más de 21 presas políticas.
.