En la visita número 12 que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo permitió a los presos políticos que se encuentran en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), mejor conocida como el nuevo Chipote, el cronista deportivo Miguel Mendoza pudo ver por primera vez, en más de 530 días de detención, a su hija Alejandra, de 8 años.
De acuerdo con familiares de Mendoza, un día antes las autoridades del Chipote les pidieron que llevaran: camisa, pantalón y zapatos, que fueron entregados al cronista deportivo minutos antes de la visita.
«El pantalón se le caía, porque ha bajado 30 libras, uno de los oficiales le consiguió una falta. Su delgadez no se puede ocultar. Alejandra estaba muy emocionada desde que se enteró que abrazaría a su papá después de 18 meses. Contó las horas y los minutos», relataron familiares.
Esta vez las visitas se realizaron en un auditorio, separando a los presos políticos. «Alejandra lo identificó muy rápido, corrió y se lanzó sobre él desconsoladamente. No paró de llorar. Le expresaba: papi, te extrañé mucho, he sufrido, me he enfermado, realmente necesitaba un abrazo tuyo”, comentan.
Al igual que en otras visitas, el encuentro con los familiares fue fotografiado y fue catalogado por algunos visitantes como «desesperante e incómodo».
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«Dieron autorización de compartir durante 4 horas, pero Alejandra le dijo a su papá: ’18 meses no los puedo resumir en poco tiempo, me han robado tu tiempo, tu cariño y tus abrazos. Quiero contarte qué hice el día de mi cumpleaños, el Día del Padre, en el colegio, los libros que he leído, los mensajes de Dios, mis clases de natación y sobre los mensajes que he escrito para ti. Papi, tengo mucha cosas qué contarte'», expresaron los familiares de Mendoza.
Agregaron que Alejandra le acarició el rostro todo el tiempo y le expresaba: “Extrañaba ver esta carita, te ves un poco diferente, más delgado; pero eso no cambiará el amor te tengo”, “Papi, no puedo creer que estoy contigo, no me soltés».
En las cuatro horas que duró la visita Alejandra solo se separó de su papá, para ir al baño una vez. De ahí, pasó sujetada de su cuello todo el tiempo. Conversando con él. Expresó que no lo quería compartir con nadie, que ese momento era para disfrutarlo ella.
Hablaron del Mundial y del Chocolate
La hija del cronista le llevó un resumen del Mundial de Futbol y de la pelea del Chocolate y el Gallo Estrada. Le contó que algunas personas usaron camisetas con su fotografía en la velada boxística. También le compartió, que muchas personas se han solidarizado con ella, le envían mensajes bonitos y publican sus mensajes en redes sociales.
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«Papi no quiero dejarte aquí»
Al despedirse, Alejandra lloró desde media hora antes y le dijo: “Papi, no quiero dejarte aquí, ya no quiero que estemos separados, quiero verte más seguido, me quiero quedar contigo”.
Alejandra no dejó de llorar hasta llegar a casa. «Es una niña de 8 años, que no merece tanto sufrimiento. La visita de este 7 de diciembre es un derecho que le habían negado desde hace 18 meses. Se había solicitado a través de la vía legal y no se obtuvo respuesta. Miguel agradece a cada uno de ustedes por sus muestras de cariño y solidaridad. Especialmente a los medios de comunicación independientes», remarcaron los familiares.