Al menos 16 científicos de Estados Unidos llegaron esta semana a Nicaragua, para ayudar en la lucha contra la propagación rápida del gusano barrenador, una plaga que está azotando a Centroamérica y del que se creía había desaparecido en suelo nicaragüense hace más de una década.
El encargado de Negocios de los Estados Unidos de América en Nicaragua, Kevin O’Reilly informó en sus redes sociales: “Por primera vez en décadas, el gusano barrenador ha reaparecido en Centroamérica y amenaza a (Nicaragua) y al ganado de la región. 16 científicos del @USDA_APHIS están en (Nicaragua) trabajando con socios locales para detener este brote antes de que diezme la industria agrícola centroamericana”.
El Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), es el encargado de proteger la agricultura estadounidense ayudando a garantizar la salud de los animales y las plantas.
Según el Instituto de Protección de Sanidad Animal de Nicaragua (IPSA), el gusano barrenador del ganado , también llamada gusanera, es una enfermedad causada por la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax (Coquerel), un parásito obligado de los animales de sangre caliente, incluyendo a los humanos, la larva se alimenta de tejidos vivos y fluidos asociados.
Su ciclo de vida es de aproximadamente de 21 días, la hembra de esta especie se aparea una sola vez en su vida y pone sus huevecillos en cualquier herida, incluso aquellas tan pequeñas como las que son causadas por garrapatas.
Las larvas son de color blanco cremoso, al madurar adquieren un tinte rojizo, están en posición vertical y enterradas profundamente en los tejidos, tienen ganchos y espinas, se mueven barrenando hacia el centro de los tejidos y su presencia puede provocar infecciones secundarias por organismos contaminantes.
Una vez desarrollada, la larva sale de la herida y cae al suelo, en donde emerge como joven adulto, el cual vuela en busca de una pareja para la reproducción.
El gusano puede afectar, además de humanos, a bovinos, equinos, porcinos, ovinos y caprinos, caninos y felinos y e n algunas ocasiones aves.
Todos los animales de sangre caliente son susceptibles incluyendo a las aves y los seres humanos; sin embargo las mayores pérdidas económicas se presentan en bovinos, ovinos y cabras. Los animales enfermos sufren pérdida de peso y pueden incluso llegar a morir, explica el Ipsa.
El Programa Centroamericano de Maestría en Entomología (PCMENT) de la Universidad de Panamá advirtió esta semana que la enfermedad le puede provocar pérdidas de al manos 150 millones de dólares por año a la ganadería centroamericana.
Desde hace treinta años la mosca del GBG estaba erradicada en la región gracias a un programa que desarrollaron de manera conjunta el Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Panamá (Mida) y la Comisión Panamá Estados Unidos para la Prevención y Erradicación del GBG (Copeg), en 2023 reaparecieron los primeros casos en Panamá y actualmente se reportan también en Costa Rica, Nicaragua y Honduras.
En octubre más de 4 mil casos en animales —cerca de la mitad reportados en septiembre—, una persona al borde de la muerte por tener más de cien gusanos dentro de uno de sus oídos y el endurecimiento de los controles para el ingreso de ganado nicaragüense a Honduras —que ya está provocando algunas dificultades para las importaciones de ganado en pie—, son algunos de los estragos más recientes del acelerado avance del gusano barrenador del ganado que ya está provocando daños en todo el territorio nicaragüense.
Después que Panamá y Costa Rica reportaron sus primeros casos, en abril Nicaragua declaró alerta sanitaria y gracias a un donativo de la cooperación internacional invirtió 750 mil dólares en una estrategia de prevención para evitar el ingreso de la enfermedad al país, pero las autoridades del Instituto de Protección y Sanidad Agropecuaria no volvieron a referirse a la inversión que está haciendo el país para controlar esta plaga que afecta particularmente a la ganadería.