A sus 21 años, Said Alejandro Narváez Gallo se convirtió en el primer nicaragüense en ingresar a la organización de superdotados Mensa, que tiene más de 140,000 miembros en todo el mundo. Narváez es oriundo de Managua, es el mayor de dos hermanos, y actualmente cursa el quinto año de la carrera de Física en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
“Las limitaciones se las pone uno mismo y que uno nunca sabe cuál es, cuánto es lo máximo que uno puede dar, hasta que uno trata de explotar su potencial y que probablemente, como decía el chef Gusteau, en Ratatouille, tal vez un buen chef no sea cualquiera, pero pueda provenir de cualquier lugar y uno no sabe si es un superdotado hasta que se da cuenta”, dijo Narváez, en declaraciones a LA PRENSA.
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El nicaragüense actualmente es docente del área de Física, programa bilingüe, en el Colegio Teresiano de Managua, y se describe como una persona productiva.
“Como toda persona, a veces tenemos motivaciones, pero de vez en cuando desaparecen, pero yo soy dedicado y cuando me propongo algo o me dedico a algo, soy bastante productivo con lo que hago”, afirmó Narváez.
Su interés por entrar a Mensa data desde 2018
Cabe mencionar que para entrar a Mensa, la edad, nacionalidad, la política, religión, raza, profesión ni el estatus económico importa. El único requisito, para muchos inalcanzable, es estar en el percentil 98 de un test de inteligencia.
Para unirse a Mensa es necesario realizar una prueba de Coeficiente Intelectual (CI) y obtener una puntuación alta (generalmente 130 o superior en la escala de Wechsler). Por ejemplo, un CI de 90 a 110 es el promedio, de 110 a 120 promedio alto, cuando se tiene CI de 120 a 130 es superior al promedio y de 130 a más es muy superior, típico de personas calificadas para Mensa.
Narváez compartió que toda la travesía de sus estudios profesionales y su interés de entrar a Mensa data desde 2018. “Nos tocó recibir las clases desde casa, comencé a estudiar por mi cuenta, aproveché el tiempo que tenía libre, agarré el libro de Física, me gustó porque lo entendí bastante rápido, y así me metí más al campo, en ese mismo año, 2018, fue que decidí que iba a estudiar Física y desde ese mismo año también, creo que a finales de ese mismo año, pues me di cuenta de que existía esta organización”, indicó.
Desde finales de 2018 e inicios del 2019, Narváez comenzó a prepararse porque ya tenía en mente que quería aplicar a Mensa en el futuro. Entre 2020 y 2021 envió un correo a la organización preguntando cuál era la manera de aplicar y le dieron dos opciones, viajar a un país donde existiera una sede de Mensa para hacer un examen y la segunda, tomar un examen que ellos validen, enviarlo a ver si lo aceptan o no.
El nicaragüense confesó que aunque conoció las dos maneras para aplicar, “en ese momento no tenía los recursos necesarios en todos los sentidos para poder aplicar”. Pero nunca desistió y continuó preparándose porque tenía trazada su meta, entrar a Mensa, la organización internacional de personas superdotadas más grande del mundo, creada, según sus fundadores, para establecer un ambiente social e intelectual estimulante para sus miembros.
De hecho uno de los últimos en ingresar fue Teddy Hobbs, en enero de 2023, un niño británico de tan solo 3 años que con 2 aprendió a leer por sí mismo.
“Este año, casi al final del primer semestre, tuve la posibilidad de enviar el mensaje a Mensa porque ya me sentía un poco más capaz y me dijeron lo mismo, que tenía esas opciones y vi el listado de exámenes que tenían o que aceptaba, estuve investigando adónde los podía hacer aquí en Nicaragua y resulta que en una clínica de Masaya hacían uno de ellos. Me puse en contacto con ellos, fui a hacerlo, a la semana me dieron los resultados, envié los resultados de mi examen a Mensa y un mes después me aceptaron”, explicó Narváez.
Sobre en qué consistía la prueba, Narváez mencionó que fue un examen de Coeficiente Intelectual (CI) que “contenía 15 pruebas donde evalúan el conocimiento lingüístico, dimensional, una cantidad de medidas de los varios tipos de inteligencia del ser humano, o sea, la inteligencia, la matemática, la kinestésica, la espacial, entre otros”.
En cuanto al resultado, el nicaragüense destacó que aunque no existe un puntaje exacto, dado a que para aplicar a Mensa se considera el 2 por ciento del percentil de 98. “Yo necesitaba sacar mínimo 130. Mis resultados fueron 144, la organización acepta al percentil 98 y yo estuve dentro del percentil 99.8, lo que me bastaba para entrar”.
El primer nicaragüense en Mensa
Una vez que lo aceptaron, el nicaragüense esperó que le enviaran su membresía y al consultar cuántos miembros nicaragüenses habían “me confirmaron de que era hasta la fecha el único nicaragüense que tenían como parte de la organización. Aunque me aceptaron en septiembre, la membresía me la enviaron el 22 de octubre”.
Para Narváez ser el primer nicaragüense en entrar a la prestigiosa organización “es orgullo, porque me lo propuse como una meta personal y siento que la pude alcanzar principalmente por el esfuerzo que tuve durante estos seis años dio fruto, valió la pena”.
A pesar de que el nicaragüense se siente feliz por haber entrado a Mensa, confesó que no logra alcanzarla con plenitud, dado que no hay otro nicaragüense. “Es un poco contraproducente porque me siento feliz, pero no tanto al mismo tiempo de ser el primer y único en Nicaragua, me siento feliz por lo que eso significa, pero en parte no termino de concebir la felicidad, porque es triste el hecho de que no hay alguien más, porque tal vez ningún país en el que se le dé tanta importancia a eso como persona”, refirió.
Narváez compartió que la meta que se había propuesto era de conocimiento de su familia y algunos amigos cercanos. “Cuando yo recibí el correo de que fui aceptado, yo se lo hice saber a mis padres, y claramente se sintieron orgullosos, estaban bastante felices, me felicitaron”, expresó.
Sobre qué implica formar parte de Mensa, Narváez describió que tiene ciertos beneficios, pero que debería estar en un país con sede de la organización. “Entre los beneficios es asistir a una reunión mensual que se tiene entre los miembros de esta organización, se realizan actividades, por ahora lo puedo hacer pero en línea, siento que no se vive la experiencia 100 por 100”, señaló.
A pesar de ello, el nicaragüense se siente motivado debido a que Mensa le mencionó que existe la “posibilidad de hacer un grupo para que ellos consideren a Nicaragua como miembro directo internacional, es decir, un país que tiene miembros Mensa pero que no tiene una sede como tal, como varios países, de hecho, hay algunos de Centroamérica como Panamá y Costa Rica, y para que eso suceda necesitaban haber mínimo 50 miembros”.
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La asociación Mensa fue fundada en Reino Unido en 1946 por el abogado Roland Berrill y el científico y también abogado Lance Ware. En un principio “The High IQ Club” (el club del alto Coeficiente Intelectual), pero finalmente se decidieron por la palabra en latín “mensa”, que significa “mesa”.
Por ahora, el nicaragüense mencionó que verá cómo puede influir en sus alumnos de manera positiva e instarlos a ver que se propongan esa meta, para probar “si se puede lograr el objetivo de hacer que Nicaragua sea un miembro directo internacional de la organización Mensa”.
Su infancia y familia
El nicaragüense proviene de una familia pequeña que la conforman sus padres, su hermana menor y él. Contó que desde pequeño se le hizo fácil estudiar, al punto de que de primer nivel de preescolar lo pasaron al tercero.
“En preescolar me cruzaron de un solo de primer nivel a tercer nivel, porque mi mamá me había enseñado las vocales, el abecedario, ya sabía sumar, tampoco pues cantidades grandes, pero lo básico, y ya tenía esas habilidades de entender, pero supuse que era por la dedicación y el tiempo que le ponía al estudio”, contó el nicaragüense.
Tras el logro alcanzado, el nicaragüense expresó su agradecimiento a Dios y a su familia.
“Estoy agradecido primeramente con Dios, después conmigo mismo por tomar las oportunidades que la vida me ha dado y no dudarlo, tomar ese riesgo y la dedicación del logro a mis padres, mi hermana, a mi bisabuela (q.e.p.d), porque fueron parte esencial de las experiencias que me hicieron ser la persona que soy”, refirió.
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Narváez domina el idioma Inglés, y desde mediados del 2023 es docente en el Colegio Teresiano, quien por medio de una publicación extendió sus felicitaciones. “Nuestro #AplausoTeresiano no solo es para estudiantes. Hoy nos complace compartir una gran noticia sobre uno de nuestros docentes de secundaria”, se lee en la publicación de Facebook.