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El carro que se nacionalizó nicaragüense y se bautizó como “Pinolero”
Aunque muchos piensan que este vehículo fue fabricado en Nicaragua, la verdad es que llegó desde el extranjero como a muchos otros países donde adoptó nombres nacionales.
La idea nació en los años setenta del gigante de los motores en Estados Unidos, la General Motors Corporations, con un proyecto llamado vehículo de transporte básico (BTV, por sus siglas en inglés) para desarrollar un vehículo económico y utilitario.
Este proyecto se planteó en respuesta a la crisis del petróleo de 1973 creando un producto de bajo consumo de combustible y fácil de mantener. Fue así que el BTV fue diseñado para ser un automóvil asequible para mercados en desarrollo y personas de ingresos modestos, con una propuesta centrada en la simplicidad y la funcionalidad sobre las comodidades por lo que lo hacía un carro básico.
En Paraguay se inició con este proyecto. Se les nombró Mitaí. Rápidamente la producción de estos vehículos se extendió a Centroamérica y algunos países de Asia. El término “Mitaí”, que en guaraní significa “niño” o “pequeño”, refleja tanto el tamaño compacto del vehículo como el cariño que los paraguayos sentían por este medio de transporte.
En Nicaragua se le llamó “Pinolero” y se empezó a ensamblar en 1974 con la empresa Industrias Nicaragüenses de Vehículos, SA (Indevesa) ubicada en el kilómetro 7 de la Carretera Norte, donde actualmente funciona la empresa Nimac.
Los primeros vehículos salieron a la venta a inicios de 1975. Aunque en comparación con los vehículos de marcas internacionales el Pinolero carecía de algunos lujos y sofisticaciones. Su precio y su diseño resistente lo hicieron atractivo para familias y trabajadores del sector rural que lo empleaban en sus labores agrícolas.
El Pinolero tuvo buena aceptación en el país, por lo que fueron incorporando otros diseños para uso familiar, de carga y de transporte. Soportaban un peso de media tonelada, con un motor marca Bedford de gasolina de 1,200cc con 4 cilindros, una potencia de 59 caballos de fuerza.
Su caja de cambios era manual y de 4 velocidades con frenos de potencia hidráulica. Literalmente era muy básico y con un diseño muy rústico en todos sus modelos.
Estos vehículos de fácil ensamblaje, por lo tosco de su diseño, se armaban como rompecabezas y en cada país tenían su propio nombre para que fueran identificados con su propia idiosincrasia. En Nicaragua se les llamó Pinolero; en Guatemala, El Chato; en Costa Rica, Amigo; en El Salvador, Cherito; en Honduras, Compadre; en Paraguay, Mitai; y en Ecuador, Andino.
Hoy en día, aquellos que poseen un Pinolero suelen mostrarlo con orgullo. Incluso hay grupos en redes sociales donde los dueños comparten consejos y repuestos para mantener estos vehículos en funcionamiento. Algunos talleres locales han adaptado sus servicios para atender a este modelo en particular.
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