Franklin Brooks Vargas
Me gusta el grito
solamente cuando es como el grito de la mujer dando a luz;
me gusta el golpe
solamente cuando es como el de la nalgada
al niño recién nacido, para que tome su primer aliento;
me gusta el llanto
solamente cuando es fruto y reflejo de la alegría.
Odio todos los demás gritos,
odio todo los demás golpes,
odio todos los demás llantos,
hasta este que se me está saliendo ahora
por la memoria de Facundo Cabral,
porque no es fruto de la alegría
y la alegría y la hermosura de la vida
fueron sus principales cantos.
No puedo traicionarlo.
Habrá que llorar, pero no ese llanto de muerte.
Hay que seguir cantando
hay que seguir buscándole las tres patas al gato
cuando sabemos que tiene cinco.
Hay que buscarle a Facundo sus diez vidas,
sabiendo que esta fue su primera.
Si su primera vida fue de canto, amor y ternura
¿cuán profundas serán las que le siguen?
Bluefields, 11 de julio de 2011.
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