Rostro en el bastidor
Marina Moncada
Tímida, levanté la mirada del aro y encontré
tu rostro enmarcado en el círculo.
Usé los hilos asedados del amor para bordearlo
lo rematé con la puntada del cordón aprendida
en la escuela de futuras mujeres
Concentrada en mi labor, descuidé la aguja
perforando el centro del corazón que nunca
aprendió a bordar
y estos dedos que no terminan
de aprender a deshacer costuras.
Hoy, colgados de las madejas flojas,
mis ojos se inclinan de nuevo ante
el bastidor enmarcando otro rostro.
Emoción de luces
Embestí un amor entrancado en el corralillo
de la plaza poblada por desamores
ávidos de presenciar la estocada honda
usé la capa sangrienta de este corazón adornado con frágiles lentejuelas
puestas sobre mi emoción de luces.
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