Miriam Cruz Peralta
Cómo ser la misma
si ya no tengo la alegría de un ave cantar al amanecer.
Si el sol no ilumina mi cielo.
Si el aire es ya irrespirable.
Cómo ser la misma
cuando la soledad es mi compañía,
y la rutina mi estigma.
Volver a ser la misma
sería volver a ver tu rostro risueño,
y sentir el calor de tu piel
calentando mis sueños.
Quizás ya no vuelva a ser la misma
para no volver a sufrir
y morir siendo nueva
cuando ya nada exista
para volver a respirar.
El día
El sol radiante emerge entre las suaves nubes
después de una larga noche,
en la que hemos recogido
el sueño y con él; nuevas energías.
Al despertar, me gusta volver la mirada al cielo,
y saludar al nuevo día,
mandándole un beso al sol diciéndole
gracias papá Dios, por este nuevo despertar.
Que de cosas las que haré este día,
trabajar, discutir,
pelearle a la vida un espacio más para desafiar al mundo,
sonreír y amar,
o tal vez odiar,
si fuera eso necesario.
Como me gusta estar viva en este nuevo día!!!
Escucha el silencio
El silencio es ensordecedor
si suena en la soledad de tu ser.
Es como escuchar un suspiro
en medio de una ciudad cosmopolita
donde el ruido llena todos los espacios.
El silencio es enloquecedor
como un despertar a medianoche
donde las sensaciones se confunden
sin saber si odiar o amar
pensando que tal vez sea mejor olvidar.
El silencio es esperanzador
si piensas que mañana será otro día
cuando las aves canten, el sol brille
la lluvia caiga y el calor bañe tu piel.
Ahí junto al mar.
Como disfruto el silencio
rodeada de gente ajena a mis pensamientos
que ven mi sonrisa
pero no ven mi dolor, mi ausencia,
ni les importa si río o lloro.
Amar el silencio
para no estar sola
escuchar el silencio para sentirme acompañada.
¡Suena silencio, suena, haz ruido!
¡Ensordéceme, o calla! ¡No, no te vayas!
¡Quédate conmigo silencio por favor!
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