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Pintura de Ramiro Lacayo D. LA PRENSA/ U.MOLINA.

La Prensa de 1979

Dejaron los cinco cuerpos desparramados sobre el paraje montañoso...

Dejaron los cinco cuerpos

desparramados sobre el paraje montañoso,

dos con la muerte en las pupilas,

tres con los párpados cerrados,

esperando la voracidad carroñera;

cinco jóvenes cerca de la gruta de Javier

reclamando justicia con su incógnita muerte.

5.

Tardes atormentadas sin producir nada

(todavía escucho sus gritos en el tremor de mis dedos…).

Borro-trazo-desbarato y

lo único que queda frente a mí es rojo,

testigo mudo de mi ira.

12.

Oración que apacigua:

Capitán enemigo ¡Levemos ancla!

Y me tienta oferta que todos rechazan,

encontrar el secreto el botín de los vencidos.

Abro los ojos sin querer mirar,

adentro el traje de pingüino, el tercer océano…

Como barco desvencijado navego solo.

Derribado por el mal tiempo soy

mascarón de proa,

ídolo rodante.

30.

Enferma,

retozando sobre la cama

la Dama del arcoiris se queda en la buhardilla.

Atravesé la 7ma. & la 54.

Río impenetrable de almas en pena,

sonrisas congeladas,

plaza de la desventura;

absurda realidad que todo lo contamina.

El tiempo. Es de noche. La hora. Es de noche.

37.

No desanimo.

Tengo el lenguaje, una luna y sonidos.

Intenso calor por todo el cuerpo.

Cielo raso con ventilador.

Piso sin abismos.

Nostalgias y visiones del futuro.

Una fe que encontraré:

EL CRISTO.

El fulgor que mañana vendrá con la mañana y

despejará mis pesadillas.

La Prensa Literaria

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