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LA PRENSA/ AGENCIA

Lengua Nicaragüense

Sigo siempre insistiendo en decir de una vez —sin más miramientos— que la manera propia que tenemos nosotros para hablar se debe llamar de una vez:

Por Fernando Silva

Sigo siempre insistiendo en decir de una vez —sin más miramientos— que la manera propia que tenemos nosotros para hablar se debe llamar de una vez:

Serían numerosas las citas que pudieran darse para respaldar esta afirmación: Véase Dicc. L.N Alf. Valle 1948; Habla Nic. C. Mántica 1era. Edic. 1973; Vocc. Nic. CMa… van der Gulden 1995; La Lengua de Nic. pequeño Dic. analítico, Fernando Silva -1999. Dicc. Esp-de Nic.-DEN-Franc, Arellano Oviedo 2009 El Nica EN SU PALABRA- Matus Lazo, Róger- Lazo (Ediciones-2010-/ …y también, que con la lengua nuestra, dentro de lo que llaman los franceses “une science du langage- pudiéramos atrevernos sin pena, a apuntar a un modelo epistemológico. (proponiendo los restos vivos de nuestras lenguas primitivas, que se reconocen en los parlamentos de El Güegüence”.

Como muestra de ese mestizaje de lenguas —cruce— entre Náhuatl y Español, es como se origina “nuestra Lengua Nicaragüense que la reconocemos textual en “la lingua franca” de los parlamentos que leemos en nuestro teatro callejero. El Güegüence o Macho Ratón.

Así pues, para empezar en orden, tomo el propio vocablo de GÜEGÜENCE.

Este VOCABLO —que es un vocablo de la lengua NÁHUALT— algunos han tratado de corregir (?) cambiando la letra “C” por una “S” en el propio original…) …¿a cuenta de qué..?; si Güegüence es el título de la obra y así está escrito en la versión original de Brinton 1883; además, así con “C” lo escribe Rubén Darío- (Folklore de la América Central), p. Edit. Nuev.Nic.-1981-pag. 60,61,62…

Además que todavía se meten con todo el atrevimiento a querer someter un “vocablo” Nh. a las regla de la L. Española… tomando la partícula “tzin” con una fonética de “se” —así con “S”—, poniéndola como un sufijo; lo cual es una pifia porque “tzin”, no es sufijo como tal, sino partícula que en la lengua Nh. indica algún señalamiento o carácter especial del sujeto, es decir que el “güegüe” (el viejo) que se señala, se escoge (tzin) por su carácter dado de: “pícaro, burlesco, aprovechado”, pero más que todo por su connotación sexual de atrevido, y aprovechado, “viejo virriondo” que es lo que significa y, además no se dice el “viejito” sino el viejuco.

También que la cuestión del término “güegüe”, al fin y al cabo, es más amplio… veamos: -ueuechiuhqui= pellejo viejo, (huehuete)= tambor (por ser de pellejo) …o equivocan el adjetivo de vejez por el sustantivo tambor (pellejo); ueueyolt = vejez que ya está viejito; ueueloa el jodedor, el que molesta, el que hace enredos, ueuepol muy viejo… decrépito… y Ueuetzintli Gueguen-zint “G EG ENCE (remí simeón- pág. 752).

Todavía habría que agregar que fonéticamente hablando “zint” no se pronuncia como “se” con (S), sino como C con cedilla o como “Z”, señalando además que en Nh. no existe la letra S. También se da el término de “zint”, con oficio de partícula aumentativa. El viejo mejor; el más importante.. “el viejo mayor”.

Siguiendo el curso del tema, quiero agregar lo que ya varias veces he señalado, que es un error sostener que sobre la obra EL G EG ENCE= “El Güegüence o Macho Ratón” lo que son sus parlamentos, que se dan en “lingua franca” que como ya lo dije a esta lengua, muy desenfadadamente la tratan de “traducir” (?)… ¡cómo se va a traducir una lengua que no la entienden…! Nadie entiende ni “j”… y si Brinton inventó los vocabularios pasados al Nh. mexicano, eso fue una estrategia suya- acomodada maniobra inteligente para tener pie y poder intentar traducir el Nh. o lo que Brinton señalaba como del Nh. a la forma de la lengua inglesa, ya que no era posible traducir la “lingua franca” de los parlamentos y, para eso creó a su antojo “esas raíces etimológicas” fabricadas que conocemos y que luego con la mejor de las intenciones Carlos Mántica ha corregido y hasta cambiado, señalando posteriormente un “escudriñamiento” sobre las raíces de esa lingua franca de “El Güegüence o Macho Ratón”, que nosotros lamentamos no admitirlo tampoco como tal, porque de plano dejamos dicho que esa “lingua franca” no se traduce… porque hay que decirlo de una vez que: ya se está diciendo lo que allí se dice… y nada más que de esa manera; que si se quiere, se pudiera tal vez hacer algunas interpretaciones o deslizarse con cabeceñas con cualquier pretexto; pero, si así lo hicieren habría que confesar obligadamente que de lo que se trata es de hacer “una interpretación propia”, por el motivo que se quiera, que siempre daría como resultado que esa lengua de los parlamentos de “El Güegüence”, así tratada resultaría en forma expresa una versión…! si acaso…! y cada quien estaría expuesto a su propio riesgo.

Y en lo que toca a ese “escudriñando” de Mántica (1) se puede ver una innecesaria prolijidad que aplaudimos sin embargo todo su esfuerzo y dedicación al tema; pero señalando que deja sin registrar el dato que la obra “El Güegüence o Macho Ratón” no es de ninguna manera, una pieza de teatro Colonial. Es en concreto teatro mestizo en su definición; callejero y popular, en su esencia, ubicando su espacio en los comienzos del S XVIII con las características indudables de lengua mestiza, propiamente dicha “lingua franca” que señala la forma, manera y vida dada por los españoles, mestizos e indios, en esos tiempos del final de la Colonia, reduciéndolo todo así como era: a una perfecta bufonería con tipos fantoches que representan críticamente ese teatro callejero, con la misma lengua de la calle, porque esa era la lengua que hablaba el pueblo; y que no tiene que ver nada con un orden historiográfico que se le quiere dar, porque en aquel tiempo de la Colonia, si se quiere mencionar, todavía estaba allí sin salirse del capulli y del tipo de ese personaje el tlatoani-el hablador quien resultaba escogido dentro del gobierno indígena, por el Consejo de Ancianos con el título de tlatoani o gobernador, junto a otros personajes como es= tlacatecuchi (el jefe de los hombres).

Se hace necesario comprender como lo dice Aguirre Beltrán-Edit.Lib. de Méx.-1935- que la sociedad que hallaron los Colonizadores en las formas democráticas del gobierno indígena sufrió la incomprensión de esa otra sociedad “recién surgida del feudalismo”, que proyectó sus propias formas de gobierno en el mundo nuevo.

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Tampoco en el “escudriñando”, se deja alguna referencia al autor de la obra “El Güegüence o Macho Ratón”, tratando, tal vez, de evitar en forma consciente mentar el nombre a don Juan Eligio de la Rocha, quien es mencionado por Rubén Darío (Folk. de la A.C. pág. 60); ni tampoco sobre las copias habidas de ese mismo documento literario, muchas copias de ese escrito, que por ahí anduvieron… y que Carl H. Berendt, escogió la creyó más conveniente y se la entregó a Brinton (2).

Es así que creemos pues, que podría alcanzar una comparación guardando la distancia en la formación también de “una lingua franca” en los comienzos de la Lengua Española, dada por la dispersión de la lengua latina en lengua romances..(!) ) Quién me va a venir a negar que la lengua española dejó de ser latín y si acaso solamente se conservaron alguna raíces: eso es todo.

Ahora bien, para respaldar lo que he venido diciendo voy a dar alguno ejemplos —unos pocos— para enseñar cómo es que se están enredando.

Digo pues, que no todo los parlamentos en “lengua” que se leen la obra… El Güegüence, es de origen Nh. —¡NO!— Debe establecerse y fijarse que claramente que se advierte que hay una continuada lingua propia, original nicaragüense (inventada por el pueblo de la calle: mestizaje creado de la lengua nicaragüense), además de otros lenguas como la lengua “pupuluca”/ No debe dejarse por fuera, que en un señalamiento etno-sociológico se debe diferenciar que nuestra sociedad en su cuadro colonial, se puede subdividir en:

a) Soc. de Españoles…/ Colonizadores/ -Soc. de Mestizos y de INDIOS PUROS/

Veamos lo que puede señalarse del Vocablo a nivel callejero/ dice —primer parlamento— “Matateco dio mis piales”, quiere decir: matateco = (en Leng. Nic.)= envoltorio; al escondido. Culero, pañal.

… Dicen “que le abrieron su matate… (culero que cubre los genitales, “las vergüenzas” – significa: descubrirte el pañal y enséñame tus dos (dio) güevos/ mispiales Señor Gobernador Tastuane/- (mispiales) viene de una vocablo de la lengua española:

“Peal… peales” (persona(s) inútil, torpe, despreciable= quiere decir: “alma de mierda Gobernador Tastuane”.

Segundo. Mispiales= (alma de mierda) quilli= un buen alma de mierda- no pilse= además un hijo alma de mierda del que viene del caló=Pile= hijo borracho-/ (Casares, Madrid-1948-)

Capitán Alguacil Mayor- ya tiguala meme= que es igual= (teiguala) o que es lo mismo= ya tiguala meme= es igual- la misma manera.

Tercero= -mascamayagua- en lo común se dice= “entre camagua y elote” camagua= quiere decir que – ya está- y elote que le falta- que está tierno todavía-. Entonces se dice pues= “más camagua”, -que ya “está bueno”. Más que bueno. Y así se da… macamayagua que quiere decir, pues en Nic. finalmente – que ya está bien, pues.

Desde luego que se puede advertir que esta lingua franca tiene también raíces de otras lengua primitivas habidas, como dije, que nadie hasta ahora se ha ocupado de estudiar y determinar debidamente… y eso está haciendo falta.

También hay que dejar rayado que eso que dicen que en vez de Güegüence se debiera de cambiar por cuecuenche…(?). Primero que todo —ya lo dije antes— nadie puede corregir el título de la obra… y, segundo que eso de que quieren decir “sinvergüenza” es un total desconocimiento del espíritu de la lengua NICA. Por si acaso el personaje El Güegüence fuera un “sinvergüenza”, el asunto es de otra manera: entre los Nicas el “sinvergüenza” está dentro de su humorismo particular; alguien un poco mafioso, burlesco, jodedor, bromiador, etc. y no se le dice —sinvergüenza— sino “chirverguenchón” (vale)… y que hay que anotar que el sustantivo “sinvergüenza” en Nh. es- ueueloa= (remí).

Claro que se hace comprensible lo de estos errores, hay un sinnúmero de aztequismos mal tratados; hasta en alguno de los mentados autores como Robelo, en -“Dic. de Aztequismos”-, que se enreda, por ej. sobre el término cochino (cerdo) (el vocablo bien sabemos que viene del francés “cochón” y que tiene también una significación de “homosexual”, “gay”, que así se nombre en Nicaragua también; pero se deberá registrase como un “hondureñismo” conservado por la Acad. Hond. de la Lengua- Boletín 1, año 1 1955) =cochón- coceche- hombre afeminado, maricón.

Entonces Robelo dice sobre “cochino” el que duerme /; pero cochino se deriva de cocho o cocha- nombre que le dan al cerdo en Asturias.

Garcilaso de la Vega, en Comentarios Reales , dice que a los puercos le llaman los indios cuchi, porque oyeron decir a los españoles coche. Ése es el caso de cochino, que también la gente de aquí dice así como le decían los de la INQUISICIÓN, que a los judíos les decían “marranos”. En lengua nicaragüense originalmente a los cerdos, chanchos se les dice también= curruchos.

Queda pendiente todavía el error sobre el vocablo ahuehuete (árbol que crece dentro de los ríos). Robelo dice: alt- agua- hueuete= viejezuelo- árbol que envejece en el agua (vejezuelo del agua).

Se señala lo siguiente: que no es ‘altl agua sino a= a, mo= que sería “que no envejece”, que vive en el agua por mucho tiempo “a”, es privativa, que se emplea como el adverbio amo, no, de manera que lo correcto es amohuehuete = ahuehuete, Macario Torres= Estudios gramaticales sobre la lengua náhuatl . También está el término de “Huehuete” (mar con oleaje)= tambor- por lo de “pellejo… viejo.

El vocablo “temecate” (entre nosotros= torsal (torzal). Robelo lo pone así= tetl= piedra= mecat= mecate= mecate de las piedras, lo corrige Gávila Garibi, con- te=tic= pétreo, duro= cuerda muy dura= torsal= cuerda de cuero crudo, que se usa en la ganadería.

Para finalizar hay que tener claro que los españoles le enseñaron a los indios el abecedario de la lengua española y, que en ese abecedario lo copiaron escribiendo su lengua Nh. que luego los indios leían así “de corrido”, las muchas doctrinas cristianas que los españoles le copiaban en versión de la lengua Nh, que leían y entendían lo ahí escrito, porque el idioma español en letras lo aprendieron a leer mucho más tarde.

Así pues, es oportuno agregar la cita de Fray Juan de Zumarra, quien puso en lengua Nh. la Doctrina Cristiana (Doctrina de 1548 que fue dicha así como se lee en su colofón… que el estilo y manera que lleva para los indios será de mucho “fructo, que quadra más a su capacidad… y que mucho más si se traduze en lengua de los indio, pues ay tantos dellos que sabe leer”, Edi. Sto. Domingo p. 16.

Ante la pregunta de alguien, con toda razón, que… adónde se origina el “vocabulario en lingua” junto a lo que se dice en castellano en la obra “El Güegüence”.

Creo yo, que se me ha malentendido. Yo digo que ese texto en “lingua” que conocemos que se dice en los parlamentos no procede únicamente por sus raíces de la lengua Nh. —únicamente— sino que se pueden hallar los rastros de otras lenguas, de raíces mal puestas, tal vez de las muchas otras lenguas que el pueblo manejaba y, hasta de la misma lengua española: raíces del español que las dan como raíces Nh.; palabras mal dichas, o mal escritas, que se las adjudican al Nh.

¿Quién me asegura lo contrario? ¿O alguien me puede decir que ha estudiado esa materia y …me lo podría demostrar?


¿Quién es la persona que puede decir que sabe realmente la lengua Nh.? ¿No resulta evidente que lo que hacen es a costa definir algunos vocablos recogidos?..


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Hay que advertir que a la orilla de la lengua Nh. está la lengua Náhualt o pipil, que ahorita está siendo estudiada en la Universidad de don Bosco, SONSONATE. Y, quién me puede venir a decir pues, que los vocablos —así nomás— únicamente por sus etimologías pueden dar todo el alcance que en una oración se exprime dentro de su naturaleza significativa diversa, como lo señala la eminente lingüista Cristina María va der Gulden… que “una palabra únicamente toma vida si no solamente se sabe lo que significa, sino también como se usa en una frase…”

Aparte, yo diría que si con todo y todo se logra llegar a interpretar dentro de ese margen posible restante, lo que pueda achacare que quiere decirse en los parlamentos en la obra “El Güegüence o Macho Ratón”, yo mismo estaría de acuerdo en que deberá buscarse esa posibilidad con todo el afán posible. ¡Ojalá!

Y sabiendo que el interés que despierta esta obra, contará, no lo dudo con otros estudiosos para lograr otras versiones o interpretaciones, procurando señalar otros nuevos aspectos, nos adelantamos a apuntarles una necesaria y fundamental bibliografía, que no puede dejarse de revisar:

The G EG ENCE-D.C. BRINTON- Philadelphia- 1883. El pez y la serpiente, No 10- Carlos Mántica Abaunza.(1968-69). El Güegüence o Macho Ratón- Alejandro Dávila Bolaños- (oct,1970). La historia natural de El G EG ENCE- 1era. edición Edit. PAVSA 2002. Voces Indígenas y Letra Coloniales de Nicaragua y Centroamérica. 7. El Güegüense: La obra maestra del teatro popular y mestizo de Mesoamérica. Edit. PAVSA. Jorge Eduardo Arellano. Noviembre 2002.

(1) En ese mismo: “Escudriñando El Güegüence- 1a. edic.-2007- en lo que se refiere a una bibliografía Nic. completa sobre el tema, no se animó el autor a citar de alguna manera la obra= “La historia natural de EL G EG ENCE” de Fernando Silva.- Edit. Ac. Nic. de la legua- (2002), se desconocen los motivos de esa omisión.

(2) Karl Hermand Berend, escogió entre los papeles hallados en las gavetas personales de don Juan Eligio de la Rocha una copia (versión) del original que se la entregó a Daniel Brinton y que fue luego publicada en 1883.

Hay otras copias, como la que Francisco Pérez Estrada halló en Catarina muy borrosa, que la recuperó y reescribió, dándola como una versión suya; otra copia, la recogió Walter Lemannn, y que consideró dudoso el dato que está escrito en la misma copia= que dice: (copiada el 29 de junio de 1869-de Ramón Zúñiga. Pareciéndola como una alteración del original, por lo que Lemann honradamente le agregó la fecha de 1902).

Yo mismo recibí de manos del Dr. Manuel Pasos Arana, allá por los años de 1943 (en Granada) por encargo de don Carlos A. Bravo lo que yo entendía como un escrito de El Güegüence, también (copia original de don Juan Eligio de la Rocha…) y ¿por qué no…?

Negar la autoría de don Juan Eligio, además corresponde a lo que graciosamente dice la gente en la calle: ser un mata mama.

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