Jorge Eduardo Argüello
Oda a las Grandes Nostalgias
La foto de color
Del dictador Somoza.
El prendedor
De perla
Afianzando corbata
Colgada en una pared
De un edificio público.
El sabio Debayle
En escultura de bronce
Con vista hacia
El volcán Telica
Sin ser ella
La de un Rodin.
Mi bisabuelo
En un medallón
También de bronce
Con una cáscara
De banana restregada.
En el colegio arzobispal
Retratos al óleo
Con visos de malaria
De obispos olvidados
En los corredores.
En la universidad,
la biblioteca,
los documentos
Desconocibles
Al leerlos señalan
Robos de los antepasados.
Bustos solitarios
En cada parque
De esta ciudad
Desgreñados ya de sol,
Presidentes.
Desgraciados!
Que nunca
Hicieron algo.
Éstas son pues
Las grandes memorias
En esta ciudad
Sin loas.
Detención del Olvido
“Vámonos”, dijo ella,
Caminamos
por la calle principal
donde está la
heladería de Bob,
la cafetería Star.
Luego, doblamos en la esquina
donde hacíamos travesuras.
pasadas en bicicleta
Caminamos lentamente
tomados de la mano.
El tren estaba esperando
al final de la calle,
en la estación.
(No quería irme
no tenía casa
Mis padre murieron
el pueblo
se convirtió de repente
en un lugar sin futuro)
Llegamos.
Nos despedimos
sentado en la ventana
quedé con la única compañía
de mis manos entrelazadas.
Ella me miró firmemente.
Tantos años juntos.
Su cabello se soltó en el aire,
ella quedó como una estatua
bañada de un repentino bronce.
Parecida al cuadro
de Eastman Johnson:
“La muchacha
quedó atrás”,
me quedé
con un nudo
en la garganta.. .
Nichiren el Ermitaño
¿Qué
Andabas
Haciendo
Vos, monje Nichiren
Cuando pasaste
A distancia
Del pueblo de pescadores
Muy de noche,
En ese bosque,
Cubierto de nieve?
Ibas con tu indumentaria
De la cabeza
A los pies con tu bastón alto
Caminando lentamente,
Excepto al darte vuelta
Distes
Un paso circular
Deteniéndote.
Seguro lo hiciste para
Prestar atención
A esas casas de pescadores
Donde ellos duermen.
Mientras vos percibías
Un olor a humo
De cocina.
Murmurando vas
Con tus diálogos
Solitarios
Bajo el techo de un cielo
Cubierto de estrellas.
Tenés miedo entonces de estar solo
Entre la blancura de la nieve?
Escoltándote va el resplandor
De una luna llena,
Y por allá abajo
Sentís el ruido
Del extendido e inmenso mar?
Vos sabés
Hacia dónde vas
Nosotros no?.
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