william Grigsby Vergara
A Mercedes Sosa
Gracias a la muerte
hoy la recorren por el mundo
con flores y falsetes.
Hoy su voz tiene más vida,
gracias a la muerte
que siempre es tan puntual
como para llevársela
el mismo día
que nació Violeta Parra.
¿Por qué será que se muere
más profundo los domingos?
¿Será que así los diarios
se esmeran en no perecer
hablando de un artista alrededor del mundo?
Gracias a la muerte,
sus voz nos permanece
intacta como un puño.
Mercedes Sosa,
Mafalda Inmortal
con aquella voz de espectáculo celeste.
Mujer guitarra, mujer oboe, mujer tan grave
como la misma historia de la Pampa
que alguna vez cantó Yupanqui.
Gaucha divina,
mujer de voz musculosa y campesina.
Se fueron ya sus manos, sus hostias femeninas.
Se fueron ya sus ojos, consagrados por la gloria.
Pero no se fue su voz, que todavía nos anima.
Pero los niños de la calle ya no viven en la calle
porque encontraron hogar entre su timbre
que arrulla como el canto de una madre.
Usted cantará por ellos, incluso en esa muerte
porque gracias a la muerte
su canto no perece.
Octubre 2009.
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