Salvador Cardenal no solo dejó el legado de sus canciones, su amor por la naturaleza y conservación, la pintura también fue una de sus grandes pasiones que cultivó desde niño, su expresionismo romántico y juvenil lo llevó por el camino de un arte de ángeles protectores de la tierra
Por Martha Leonor González
Salvador Cardenal, empezó a dibujar a los 11 años. Su relación con la plástica, el dibujo y la pintura las descubrió a temprana edad. “me sorprendí de mis primeros dibujos, de la capacidad que tenía, me sorprendí de mi mano, lo que ella podía hacer” relata el pintor en un documental de su vida y obra producido por el cineasta nicaragüense Marcio Vargas.
“Comencé a pintar desde niño y me cautivó tanto la vida que brotaba del papel, que empecé a sentirme acompañado cuando estaba solo si me encontraba dibujando. La magia increíble que me producían el color y el dibujo al tomar formas y vida me revelaron que pintar era algo mío y para toda la vida”, escribió una vez.
El pintor mexicano José Luis Cuevas, manifiesta que de la pintura de Salvador Cardenal se desprende una furia y una “ternura amarrada de pasión erótica” y destaca “Su obra es expresionista conociendo a Salvador como un cantante y compositor de canciones que tienen que ver con la vida de nuestros países latinoamericanos, pienso que en su obra creativa se dan los mismos elementos”.
Al mismo tiempo Cuevas agrega “He hablado de expresionismo, pero recordemos que en todos los artistas expresionistas se da también el romanticismo por la confluencia de diferentes sentimientos en la obra pictórica y porque también incorporan técnicas distintas. Salvador Cardenal entraría en el llamado post modernismo. Su obra pictórica enriquece el arte de Nicaragua”.
Haciendo un recorrido breve por su pintura, uno de los temas que la enriquecen es la presencia de Ángeles, rostros dulces como si se trataran de guardianes que vienen a cuidar el planeta, “que vienen a cuidar la tierra, ángeles de la naturaleza y el amor, su dulzura y erotismo los caracteriza, ángeles que nos acompañan y nos dejan ver el cielo que todos llevamos dentro para lograr un mundo mejor”, como una vez él los nombró.
Salvador pintó en sus lienzos, todo aquello que es luz y vida, pintó los colores de la esperanza y positivismo, la naturaleza, le dio a sus pinturas, los ocres de la tierra, los verdes de los campos, los azules de los lagos, la belleza de un rostro como parte de esa naturaleza que cuidar.
“Como una esponja seca fui absorbiendo de todo aquél que pintaba y de todo aquello pintado, las técnicas que me han abierto el universo como un libro de cuentos de donde salen Ángeles y Rostros, Guitarras, Rosas y Mariposas”, escribió Salvador sobre él mismo y su arte.
Un expresionista romántico y versatil que también ilustró muchas de sus historias para niños a favor del cuido del medio ambiente como Montaña en Flor, musicalizado por él. Ilustró portadas de varios discos nacionales e internacionales (Volcanto, Misa Campesina en Panamá, Katia Cardenal, Guardabarranco) afiches, portadas de discos y postales.
En su formación de pintor sus mentores fueron Franco Peñalba y en el estudio del grabado con el maestro Albares. Fundo “RAYMUNDO” (Grupo Colectivo de Arte Pluricultural: pintura, música, escultura, fotografía, etc.) junto con ERCU (Ernesto Cuadra), Juan de la Cruz Cardenal, Luis Román, Lorenzo Cardenal, Róger Román, Claudia Gordillo, Mario Silva y Luis Domingo Román. Parte de su legado es las más de mil obras distribuidas en muchos lugares de Nicaragua y el mundo. De su trayectoria como pintor realizo exposiciones personales y colectivas en las más reconocidas Galerías del país como Códice, Fernando Gordillo, Praxis, Génesis y en el Teatro Nacional Rubén Darío. Sus cuadros han sido expuestos también en otros países como EE.UU., Rusia, Suecia, Alemania, Noruega y Dinamarca.
Además de compositor, cantante y pintor, cuya obra estaba dedicada a promover la protección de los recursos naturales, presente en sus canciones a la Tortugas, Cocibolca, Laguna de Apoyo, Quiebraplata, Ama la naturaleza, en los que llama a reflexionar sobre la tierra y sus recursos naturales. Falleció dejando un importante legado cultural, que nos hace preguntarnos acerca del cuido de la naturaleza y lo que cada uno hacemos por ella.
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