María Melba Calero
Los mariscos tienen tantos beneficios para nuestra salud que su consumo es muy importante y debería de ser parte de nuestros hábitos alimenticios.
Según la nutricionista Ligia Pasquier, los mariscos son bajos en calorías, ricos en nutrientes como ácidos grasos, omega 3, selenio, vitaminas B, A y poseen minerales como calcio, fósforo, zinc, hierro y potasio.
“Son ricos en vitamina B, la cual ayuda a fomentar glóbulos rojos sanos y al buen funcionamiento del sistema nervioso”, afirma la especialista.
Además, por su contenido de antioxidantes, ayudan en problemas de la piel como falta de elasticidad, manchas ocasionadas por la edad, psoriasis (una enfermedad inflamatoria crónica de la piel), caspa y cualquier síntoma de la piel que implique un envejecimiento prematuro.
De acuerdo con Pasquier, los más consumidos son los crustáceos como camarones, langostas, cangrejos, almejas y calamar, perfectos para prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares y reducen en la sangre las grasas malas para el organismo como el colesterol.
Todos los mariscos se pueden consumir, pero la nutricionista enfatiza que siempre y cuando se sigan estas recomendaciones:
*Se debe conocer el ciclo biológico de los mariscos, ya que en algunos períodos las aguas del mar se cubren de algas y toxinas que afectan la calidad e inocuidad de los mismos.
*En el caso de los moluscos como conchas y mejillones, estos deben tener las valvas bien cerradas.
*Al momento de comprar otros mariscos se debe observar si presentan su piel lisa, firme y sin manchas.
Los mariscos pueden consumirse dos o tres veces por semana, y de este modo aportar proteínas de alto valor biológico, necesarias para el crecimiento y desarrollo, además de mejorar el estado de ánimo y combatir la depresión.
PARA TODAS LAS PERSONAS
De acuerdo con la nutricionista, los mariscos pueden ser consumidos por una mujer embarazada o en período de lactancia, con la única condición de que estén bien cocidos.
“Los mariscos tienen beneficios sobre el desarrollo neurológico del feto, su desarrollo motor, maduración de la retina y para el desarrollo psicomotor”, explica la especialista.
En los niños es preferible introducir este tipo de alimentación casi al llegar al año y vigilar en caso que posea antecedentes familiares de alergia.
Para las personas que no consumen mariscos, la nutricionista recomienda introducirlos poco a poco, integrando recetas variadas que se combinen con alimentos de su preferencia.
“Se pueden preparar ensaladas, sopas, arroz con mariscos, cóctel, salpicón de mariscos, todo esto para que no sientan de golpe este tipo de carnes”, aconseja la especialista.
No obstante, para no elevar su aporte calórico es importante saber seleccionar los métodos de cocción, siendo los más adecuados al vapor, plancha, hervidos o al horno.
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