El cuerpo humano está dotado de un funcionamiento bien aceitado que regula el ingreso de alimentos en nuestro interior, que es el mecanismo del apetito-saciedad, el cual se controla en el cerebro (hipotálamo) con ayuda de hormonas y se divide en tres etapas: hambre, satisfacción y saciedad.
El apetito puede perderse en algunas circunstancias y por poco tiempo, pero cuando se hace permanente o continuo acabará afectando la condición física conduciendo a la pérdida de peso involuntaria y deterioro de la salud.
Entre las causas psicológicas encontramos estrés laboral, conflictos de pareja o familiares, depresiones graves, senectud y problemas psiquiátricos graves tipo bulimia y anorexia nerviosa.