Por Amalia del Cid
Con Nicolás Maduro al frente de una Venezuela en crisis económica y el proyecto del Gran Canal Interoceánico otra vez en el tapete y aparentemente en manos de China, es tiempo de estudiar las relaciones internacionales de Nicaragua. En esta entrevista, Félix Maradiaga, experto en estos temas, argumenta y analiza, para llegar a la conclusión de que, más temprano que tarde, disminuirá la “ayuda” venezolana. Además, afirma, los nicaragüenses no estamos listos para una megainversión como la del Canal.
:::¿Cómo definiría las actuales relaciones internacionales del Gobierno?
Desde el inicio de la administración del comandante Ortega su mensaje político fue claro: querer hacer un giro de timón en las prioridades del país en cuanto a sus socios políticos. Pero ha sido ya en los años anteriores que hemos visto interés en hacer variaciones en sus relaciones comerciales. En la práctica, el principal cambio ha sido la relación con Venezuela. Pasó de significar menos del tres por ciento del volumen de intercambio con Nicaragua a ser nuestro segundo socio comercial. Realmente no han sido mayores cambios, porque la estrategia macroeconómica del Gobierno no ha tenido cambios significativos.
:::¿Ha elegido bien sus aliados económicos Daniel Ortega?
Las alianzas económicas las determina el mercado. Aunque hay una aspiración política de fortalecer relaciones comerciales con otros socios, como el caso de Irán, la dinámica del mercado es la que va dictando.
:::¿Y el caso de Venezuela?
Hasta ahora le ha dado enormes resultados al Gobierno. Cualquier político hábil hubiera aprovechado la oportunidad de tener ese acceso a capitales líquidos que le da Venezuela por una relación política. Pero dentro de la comunidad de economistas hay consenso de que esa no es una relación sostenible.
:::¿Por qué?
El mercado venezolano se está desacelerando; pero además de eso están los problemas políticos internos, los problemas de la legitimidad de su régimen político están haciendo que el presidente Maduro tenga que prestarle más atención a su política interna. Venezuela es un país petrolero y los precios de este producto son altamente volátiles. En el momento en que haya una variación en el precio del petróleo, va a ser imposible sostener los programas de cooperación.
:::¿Cómo se le ha visto a Ortega en estos meses sin Chávez?
La transición dentro Venezuela se venía realizando con suficiente tiempo. Usualmente los cambios de regímenes de este tipo son abruptos, este es un caso inusual. Chávez tuvo la posibilidad de hacer una transición relativamente ordenada, de la cual, sin lugar a dudas, el comandante Ortega estuvo informado y tuvo la capacidad de prepararse.
:::¿Y ahora qué podemos esperar?
La relación política con Nicaragua es un legado del régimen político de Chávez y por su falta de legitimidad, Maduro no está en la posición de hacer cambios radicales en la política internacional ideada por Chávez. Y aunque dentro de su partido hay presiones para modificar algunas de estas relaciones, mi intuición es que el presidente Maduro va a honrar muchos de estos acuerdos. La transición va a ser lenta, pero es indudable que se va a dar.
:::¿En qué sentido?
En la disminución de la ayuda. No en el corto plazo, pero se va a dar. Ortega y su círculo más cercano están muy claros de eso y por ello una parte importante de los recursos venezolanos han sido orientados a la inversión. Se tiene la intención de dar sostenibilidad económica a este conglomerado para beneficio de los dueños del conglomerado.
:::Hace poco vimos a Maduro prometiendo más y mejor ayuda para Nicaragua, cuando en Venezuela se está empezando a racionar hasta el papel higiénico, ¿cómo se lee eso?
Son declaraciones fundamentalmente políticas. Eso que vimos de Maduro es un ejemplo de su manera de hacer política dentro de Venezuela, donde hay muy pocas iniciativas propias, nuevas, frescas. Básicamente está tratando desesperadamente de darle continuidad a la arquitectura política del legado chavista. Sin el músculo político de Chávez.
:::¿Qué beneficios le trae a Venezuela una relación con Nicaragua?
Más que a Venezuela, al régimen de Maduro. Le trae el beneficio de tener un aliado político importante en Centroamérica y el Caribe en la ampliación de la exportación del modelo revolucionario venezolano.
:::¿Ortega es un aliado político importante?
Sigue teniendo un peso simbólico importante dentro de esta comunidad. Para Venezuela, los beneficios de una relación con Nicaragua son modestos. Pero, para el Partido Socialista Unido de Venezuela y Maduro, los beneficios de una relación con Ortega son muy grandes.
:::¿Por qué?
Luego hizo una maestría en Administración Pública en la Universidad de Harvard y una pasantía de un año en la Universidad de Yale, en Asuntos Internacionales.
Durante muchos años dio clases en la Universidad Americana (UAM), en Managua; también en Colombia, Estados Unidos y Suecia.
Su formación ha sido en “Asuntos Estratégicos”. Actualmente se dedica al comercio internacional. Trabaja en una sociedad de inversiones estadounidense que capta fondos de distintas partes del mundo para invertirlos en Centroamérica. También es directivo del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp).
Hay una simbología del poder político del comandante Ortega, por todo lo que se dio en los ochenta. Y el fondo en que radica todo el modelo de política internacional venezolana es cuestionar reiteradamente la hegemonía estadounidense en el continente americano. Chávez tenía muy claro que sus relaciones políticas internacionales debían configurarse alrededor de personajes que le resulten incómodos a Estados Unidos.
:::¿Internacionalmente la imagen de Nicaragua y la de Daniel Ortega se ven por separado?
Para el observador acucioso, sí. Entienden que el discurso de Ortega es el mismo desde 1979. Y quienes han invertido en Nicaragua, entienden que las aseveraciones del comandante Ortega obedecen a esa visión geopolítica. Desde el punto de vista de las inversiones, Nicaragua sigue siendo uno de los países más atractivos de Centroamérica.
:::¿No se afecta la imagen de Nicaragua con las declaraciones de Ortega en foros internacionales?
Indudablemente toda declaración política de un jefe de Estado que tenga asomos de volatilidad no ayuda a un país. Pero los inversionistas serios hacen un análisis riguroso de la realidad y del discurso.
:::¿A qué te referís con “volatilidad”?
Afirmaciones políticas que dan la impresión de que Nicaragua todavía tiene vivos los fantasmas del pasado. Mientras Irán está siendo cuestionado por Estados Unidos, anunciamos que estamos fortaleciendo relaciones con Irán… Ese tipo de informaciones generan preocupación en la comunidad internacional. Pero no me he encontrado inversionistas serios que digan: “No voy a hacer una inversión importante en Nicaragua porque el comandante Ortega se tomó una foto con Mahmud Ahmadineyad”. Preguntan por la estabilidad del sistema judicial, las garantías a los títulos de propiedad, la estabilidad de contratos, el costo de la energía.
:::¿La debilidad institucional?
Eso afecta más que el discurso. Al inversionista sofisticado, que realmente está interesado en colocar dinero, lo que más le preocupa es la calidad de las instituciones. Y en eso Nicaragua tiene grandes materias pendientes.
:::Pero las inversiones no han disminuido…
El problema es que nunca vamos a tener garantía de lo que se deja de captar. Seguimos siendo un destino del turista de bajo ingreso. Una enorme contradicción, un día Nicaragua aparece en el New York Times como el tercer destino a visitar en el 2013. ¡A la par de Río de Janeiro y de Marsella! Pero en Marsella te va a costar 500 dólares el cuarto, aquí 60, 70 dólares.
:::¿A qué se debe eso?
Al tipo de inversión que está captando un país que todavía tiene altos riesgos. La institucionalidad le importa al inversionista que está pensando en proyectos de mayor escala y más largo plazo.
:::¿El Canal Interoceánico?
Quisiera creer que es posible en el corto plazo. Pero ningún país de forma independiente, ni aun China, tiene la capacidad económica y política para hacer un Canal sin el respaldo de un consorcio. Un proyecto de esa magnitud requeriría que Nicaragua tuviera un menor riesgo país. Con el riesgo país actual no va a ser posible movilizar esa cantidad de capital.
:::¿Qué es el riesgo país?
Es un indicador de qué tan riesgoso es poner dinero en un país. La sumatoria del riesgo económico, político, ambiental…
:::¿Por qué tenemos alto riesgo país?
Porque el riesgo político medido objetivamente es más alto que el de otros países.
:::¿Por el tipo de Gobierno que tenemos?
Y el tipo de instituciones. No se limita solo al Gobierno. Para medir el riesgo país medís probabilidad de que el resultado electoral de un país sea cuestionado severamente por la oposición; probabilidad de que un inversionista extranjero sea despojado de la propiedad que compró… Y aquí en Nicaragua hemos documentado varios casos de inversionistas extranjeros que han tenido dificultades. En muchos aspectos de las instituciones judiciales, electorales, políticas, nuestro riesgo país es alto, lo que hace que nuestro riesgo país sea alto. Aunque nuestros factores de competitividad sean positivos.
:::¿Por qué no se pudo hacer este Canal en otros gobiernos?
El tema del riesgo país no es un tema reciente. Con la administración de doña Violeta Barrios el riego país era alto por el número de armados, la inestabilidad de los acuerdos de paz. Era un gobierno de reconstrucción postconflicto.
:::¿El de Arnoldo Alemán?
Tuvo índices de corrupción demasiado altos.
:::¿El de Enrique Bolaños?
Tuvo una baja capacidad de gobernar. Se vio en una situación inédita en la que el mismo partido que lo llevó al poder se convirtió en su oposición. Eso disparó el riesgo país.
:::¿Y en los tiempos de los Somoza?
Curiosamente fue cuando nuestro riesgo fue más bajo. Fue hasta en los últimos años de los setenta cuando hubo una explosión social.
:::Entonces, aunque ya se dieron los primeros pasos para una concesión, ¿no creés que se pueda llegar a realizar el Canal?
Quisiera creer que sí. Pero soy poco optimista, porque creo que el país no está preparado para poder recibir una inversión de esa magnitud. Es como que alguien que no ha corrido medio maratón diga que va a correr el maratón completo. El medio maratón que debe completar es el de instituciones más estables, un sistema judicial más estable, procesos electorales más transparentes, garantías a la propiedad privada. Y la enorme tarea de la educación. Una inversión de esa magnitud va a requerir recursos humanos que el país no tiene todavía. El 98 por ciento de los niños que entran a primer grado no llegan a la universidad. Y es un factor desafortunado que un factor de competitividad de Nicaragua sea la mano de obra barata. Hay grandes tareas pendientes.
:::¿Cuál debería ser el juego de Nicaragua?
Con China, deberíamos estar corriendo. Es una economía con enorme apetito para cosas que nosotros vendemos. Es una economía de mercado disfrazada de un régimen comunista. Decimos: “Los chinos vienen a invertir a Nicaragua”. Pero, ¿qué estamos nosotros vendiéndole a China?
:::¿Ya hay beneficios concretos de la relación con China?
Para que hayan beneficios más rápidos tendríamos que establecer a China Continental como la China oficial que reconocemos. Yo no creo que deberíamos estar reconociendo a Taiwán. Está bien, Taiwán manda unas cuantas becas; pero lo que a Nicaragua la ha llevado a paso menos acelerado que Costa Rica es su relación con Taiwán. En un mundo globalizado, del siglo XXI, no tiene sentido que Nicaragua, que es la segunda economía más pobre del continente americano, no tenga relaciones políticas y diplomáticas con la segunda economía del mundo. Me parece descabellado.
:::También está el tema del satélite chino, otro megaproyecto.
Perfecto que tengamos un satélite, que sean dos si quieren, ¡maravilloso! ¡tres! Una nave espacial pueden poner, si quieren. Pero movámonos más rápido en otros ámbitos. Primero tendríamos que disminuir la brecha en la relación económica con China. Que el año que venga no les vendamos solo siete millones de dólares, sino diez veces eso.
:::¿Qué trae más beneficio, los megaproyectos o las relaciones pragmáticas?
Los megaproyectos muy difícilmente suceden en la primera fase de una relación económica comercial. Son el resultado de haber agotado fases en una relación primero. Son el segundo piso de una construcción. Primero hay que construir el primer piso. ¿China construiría un Canal en Nicaragua? No lo haría nunca sin relaciones diplomáticas primero. Que no las hay.
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