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El Cuarteto (The Quartet)

La competitiva temporada del Óscar a finales del año incluyó esta película, debut detrás del cámara de Dustin Hoffman. El connotado actor se revela como un director eficiente pero desinspirado. Su comedia dramática ofrece los modestos placeres de un producto diseñado para dispensar un bálsamo sobre los temores que despierta la tercera edad. La película evade los cines locales y se estrena en nuestra región a través de Netflix, prueba fehaciente de que cada vez más, la exhibición teatral se reserva para el cine de dibujos animados y los productos taquilleros. Los “viejos” nos quedamos en casa haciendo “streaming”.

La competitiva temporada del Óscar a finales del año incluyó esta película, debut detrás del cámara de Dustin Hoffman. El connotado actor se revela como un director eficiente pero desinspirado. Su comedia dramática ofrece los modestos placeres de un producto diseñado para dispensar un bálsamo sobre los temores que despierta la tercera edad. La película evade los cines locales y se estrena en nuestra región a través de Netflix, prueba fehaciente de que cada vez más, la exhibición teatral se reserva para el cine de dibujos animados y los productos taquilleros. Los “viejos” nos quedamos en casa haciendo “streaming”.

La acción se desarrolla en una bucólica residencia para músicos retirados. A como suele suceder, la augusta institución enfrenta problemas económicos. Su sobrevivencia depende de una gala anual que los residentes montan para sus benefactores, en ocasión del aniversario de nacimiento de Giuseppe Verdi. Sus estrellas incluyen a Reginal Paget (Tom Courtenay), reservado tenor que prefiera la vida tranquila al canto; Wilf Bond (Billy Connolly), viejo zorro que no deja que los efectos de un derrame se interpongan en sus impulsos libidinosos; y Cissy Robson (Pauline Collins), soprano dotada de una personalidad que borra la línea entre la excentricidad y los primeros síntomas de la demencia. El ambiente ligero y amistoso se enrarece con la llegada de una nueva residente, Jean Horton (Maggie Smith), una “gran dama” con una personalidad abrasiva y un par de secretos en su haber.

El envejecimiento de una generación estelar de actores —paralelo al de los espectadores acostumbrados a ir al cine y comprar un boleto— ha dado pie a un nicho de “filmes de la tercera edad”. Usualmente son comedias dramáticas que minan las infamias impuestas por la vejez, pero se cuida de reconfortarnos antes de que corran los créditos finales. The Bucket List (Rob Reiner, 2007) y The Best Exotic Marigold Hotel (John Madden, 2011) encajan en ese perfil. No hay nada malo en dispensar entretenimiento de esa naturaleza. El problema está en que aquí la distracción ligera le hace flaco favor a los talentos involucrados. Smith es, en efecto, una gran dama del cine y el teatro. Courtenay fue una fuerza de la naturaleza desde su debut como el prototípico joven proletario en The Loneliness of the Long Distance Runner (1956). Más impactante que ver la fisonomía sometida a los embates del tiempo, es verlos luchando por infundir algo de sustancia en personajes tan ligeros como estos. La película apenas tiene pulso narrativo. No hay sentido de urgencia o suspenso sobre la recaudación de fondos, o la complicación amorosa que se perfila entre ellos. Y es decepcionante ver al imponente Michael Gambon desperdiciado como alivio cómico, interpretando a un director con debilidad por estridentes batas de seda.

Aún así, estamos hablando de actores prodigiosos, que aún en circunstancias disminuidas ofrecen mucho. La quieta dignidad de Reginald es magnética. Una película más facilista habría convertido a Jean en una arpía, pero el guión de Ronald Harwood, basado en su obra de teatro, se resiste a despojarla de su dignidad. Hoffman no deja de manifestar un bienvenido sentido del humor —tome nota de su tratamiento a la climática interpretación del cuarteto de “Rigoletto”—. Pero lo más conmovedor del filme está en sus créditos finales. Virtualmente todos los actores que interpretan a los residentes del asilo son veteranos del teatro y la ópera. Lado a lado, sus retratos en juventud y vejez nos dicen elocuentemente lo que la película apenas puede balbucear. El tiempo es una canalla. Pero ¿qué le vamos a hacer?

Sección Domingo residencia retirados

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COMENTARIOS

  1. Rollos...
    Hace 11 años

    Bastante parecido al contenido de una critica de cine, que lei en un
    articulo en ingles.
    Pero esta muy bien redactado, y con buen oficio de conocedor del
    arte filmico.

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