La imagen de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, que se venera en Cova da Iría, Portugal, será llevada a Roma hoy para convertirse en ícono religioso de la Jornada Mariana por el Año de la Fe.
Mañana el papa Francisco, delante de ella consagrará el mundo al Inmaculado Corazón de María, como la Virgen lo pidió en Fátima en 1917, durante la Primera Guerra Mundial.
Ver en la versión impresa las páginas: 2 A