Con gran poder de seducción, el pecho y el escote son unas de las zonas más femeninas de la anatomía de la mujer. Sin embargo, las cambios bruscos de peso, el embarazo, la lactancia, las oscilaciones hormonales femeninas, el sol y el envejecimiento les hace perder su poderío.
La sociedad española de ginecología y obstetricia recomienda utilizar “jabones neutros” para evitar las alteraciones en el “ph” de la piel y geles con agentes emolientes que suavicen la dermis de la zona.
Las duchas circulares de efecto frío-calor, y terminar con agua fría, ofrecen grandes resultados para preservar la turgencia de los tejidos de las mamas.
La hidratación diaria es beneficiosa para mantener la elasticidad de los músculos.
Tras la ducha diaria es el momento de aplicar productos cosméticos que hidraten, tonifiquen y reafirmen la piel.
TÓNITOS TENSORES
Felicidad Carrera, especialista en el tema, afirma que es importante “realizar una exfoliación suave para eliminar las células muertas de la zona y así facilitar la penetración de cremas hidratantes y tónicos tensores y reafirmantes”.
Para mantener el busto erguido de manera natural es fundamental mantener la espalda recta, los hombros hacia atrás y los omóplatos apretados. Esta postura permite sacar pecho y sujetar las mamas.
La natación es el mejor deporte para mantener el pecho en su sitio. Evite los ejercicios bruscos y deportes como la equitación, el “jogging” o el tenis.
Utilice siempre sujetador, incluido para hacer deporte. Opte por lencería que sujete, rechace toda aquella que tenga mucho diseño y oprima el pecho.
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