Emiliano Chamorro Mendieta
Los niños corren de sus aulas al verlo llegar y lo abrazan con rostros de alegría, mientras él extiende sus brazos con una sonrisa de oreja a oreja.
Así es la vida del padre Joselito Valera, director de la Fundación Hogar Zacarías Guerra, la cual el próximo año cumplirá 100 años de dar amor a la niñez pobre y marginada del país.
El Hogar alberga a 520 niños, niñas y jóvenes de los barrios marginados de Managua y, además, reciben educación, salud, ropa y formación espiritual.
El proyecto es apoyado por el Estado, empresarios y población de dentro y fuera del país.
El padre Joselito asegura que el objetivo del centro es ayudar a los niños y jóvenes a su formación con calidad, donde se sientan amados, de forma muy digna.
“Tenemos un hogar moderno con todas las de ley para dar una formación digna a los niños y jóvenes que tanta atención y amor demandan. Lo más bello de un país es su niñez y juventud, son el futuro del mañana y el presente. Apoyemos y demos lo mejor para que esta nación sea cada día mejor”, reflexionó el padre José Ramírez Varela, conocido cariñosamente como el padre Joselito.
El lema del Hogar es Calidad para llegar a la Excelencia, lo que se traduce, según el padre Joselito, en dar lo mejor para ese sector.
“A los pobres hay que tratarlo con la mayor calidad y dignidad, porque son hijos de Dios y como tal, merecen todo lo que dignifica y todo lo que les ayude a salir de la pobreza y la postración y eso se logra con educación y amor”, asegura el sacerdote de nacionalidad dominicana, pero enamorado de Nicaragua.
DEJAR EGOÍSMO
Para el padre Joselito, los recursos para que la gente viva dignamente existen, pero el egoísmo es la causa de tanta pobreza, por lo que llama a aquellos que tiene a desprenderse para ayudar y dar lo mejor al más necesitado.
“Recursos hay y suficientes. Debemos liberarnos del egoísmo y compartir lo poco y lo mucho que tenemos para dar al más necesitado. Gracias a Dios hay gente buena que ayuda y desde acá somos la voz de quienes no la tienen. Yo no tengo vergüenza para pedir por los niños y jóvenes que están en este centro”, reflexionó.
A su vez dijo: “Yo agradezco grandemente, primeramente a Dios, a la congregación de Terciarios Capuchinos, a los empresarios públicos y privados, al Estado nicaragüense, a la familia amigoniana. A tanta gente que está dentro y fuera de Nicaragua que se han preocupado por la situación de la niñez y los jóvenes muy pobres y con problemas de conducta. Los niños y jóvenes simplemente nos demandan amor”, asegura el sacerdote.
Pese a los logros del Hogar Zacarías Guerra, el padre Joselito asegura que aún no está conforme, pues sostiene que faltan más recursos y personal para dar lo mejor por la niñez y la juventud.
“Los niños y jóvenes pobres y con dificultad de conducta, simplemente, nos demandan amor. Yo en estos 13 años y medio no estoy tan feliz como debía estar, ya que algunos recursos y materiales nos faltan y apoyo de más gente porque aún andan muchos niños y jóvenes que en las calles se encuentran en desesperanza”, asegura el padre Joselito.
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