Marianela Lacayo
ASESORA DE IMAGEN
Las perlas han financiado guerras, sellado pactos y han sido moneda de intercambio. Figuran entre las listas de compras entregadas por los reyes Isabel y Fernando de España a Cristóbal Colón en sus viajes al Nuevo Mundo y se calcula que, solo en Venezuela los españoles recogieron más de 118 millones de perlas, en el litoral que tomó el nombre de Costa de las Perlas.
También han sido protagonistas de películas inolvidables como La ventana indiscreta con Grace Kelly; Desayuno con diamantes, con Audrey Hepburn o La muchacha de la perla, con Scarlett Johansson, así como de innumerables retratos que describen la historia de reyes de todos los tiempos y su fijación por las perlas.
Su uso, generalmente formal, actualmente se reinterpreta con estilos alternativos, donde se utiliza en todos los estilos y no distingue edades ni clases sociales. Sin darle tanta importancia al hecho de tener unas perlas naturales, cultivadas o falsas, el caso es tener en tu armario un collar, aretes o brazalete que le sumen elegancia y ese toque atemporal a atuendos variados.
Como regalo, resultan perfectas en celebraciones donde pueden simbolizar el inicio de algo nuevo, un nacimiento, graduaciones, bodas y aniversarios. Lo interesante de unas perlas es que son un complemento perfecto para toda ocasión, en donde la mujer sobresale más que la joya. Ese es el objetivo de un buen estilismo. Lo más chic, un vestido negro con collar de perlas; un look natural puede ser una camisa blanca combinada con jeans o prenda informal; y para un toque moderno puede hacerse una combinación con chaqueta de piel en negro.
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