Por Róger Almanza G.
Su metro y 52 centímetros de estatura están llenos de humor cuando de contar su propia vida se trata. Con esas anécdotas tan ajenas y a la vez tan familiares, se ha vuelto famoso y querido en Latinoamérica. Adal Ramones, mexicano de 52 años, luchó por su sueño y lo alcanzó; sin embargo, asegura que lo más importante no es la meta, sino disfrutar el camino para conquistarla.
Millones de personas te conocen por los monólogos, ¿qué tan fácil te salen?
Pues mira que si no me bajan del escenario, estaría aun ahí en el teatro. La verdad me va bien, tengo varios años en esto. Cuando haces lo que te apasiona indudablemente lo haces con amor y el amor y el cariño se notan en la gente.
Los monólogos son en gran parte improvisación… ¿qué tanto improvisás en tu vida real?
Para mí es algo natural improvisar, no soy actor de memoria, siento que la improvisación es lo que te da esa chispa que la gente tanto agradece.
¿Te considerás un comediante o solo alguien que logra hacer reír a los demás?
Me considero una persona polifuncional. He hecho muchas películas de arte que no tienen que ver con la comedia. Soy simplemente un profesional, una persona que ama lo que hace.
En tu presentación en el Teatro Nacional Rubén Darío, hiciste chistes de tu exesposa. ¿Ella se molesta o tenés el permiso de hacerlo?
La verdad hay que tener clara la diferencia entre un chiste y una anécdota o historia. El monólogo es un conjunto de historias entrelazadas entre sí que cuentan o desarrollan varios temas. En las tres horas y ocho minutos que estuve en el escenario no me detuve ni a tomar agua ni conté un chiste y eso es lo que hace diferente este evento de cualquier otro. Mi esposa no se molesta porque la incluya en mi monólogo, ella ha sido parte importante en mi vida y como tal pues debo hablar de ella.
Hoy en día, ¿cómo es la relación con tus hijos?
Excelente, fraternal, amorosa, compartimos muchas cosas, y momentos y amo pasar con ellos cada minuto. Son dos grandes inspiraciones y estoy realmente feliz de tenerlos en mi vida.
Cuando se trata de ser “el papá”, ¿te divertís o sos muy serio?
La gente lo que ve es lo que soy, nunca salgo en un mal día. La gente no tiene por qué lidiar con una persona que anda de malas, de modo que las pocas veces que he estado así prefiero quedarme en mi casa. Cuando se trata de ser papá no existe ni una razón para estar de malas, así que lo disfruto. Me encanta crear historias detrás de cada experiencia con mis hijos, eso les aumenta la creatividad y los hace divertirse mucho. Yo me considero un niño que disfruta de jugar con sus amigos.
Normalmente se dice que los hijos aprenden de los padres, pero vos ¿qué tanto has aprendido de tus hijos?
He aprendido a valorarlos, a disfrutar cada minuto y a vivir más sencillo.
¿De dónde viene tanta imaginación?
Todo lo que hago es resumir mis anécdotas e historias y contarlas de la forma en que las viví, con gran alegría, pero siempre con un grado de autocrítica y de gracia.
Cuando eras un pequeño, ¿qué soñabas ser? ¿Lo lograste o cambiaste el rumbo?
Siempre soñé ser millonario ¡y se me cumplió! ¡Es broma! (risas). Siempre quise ser actor, desde siempre interpretaba personajes con mis padres. Mi ilusión era ser un gran personaje e interpretar las obras que tanto gustaban a mi padre. Crecí con Jimmy Carson y cumplí mi sueño de hacer lo mismo que él.
Ahora que sos “grande”, que sos adulto, ¿cuál es tu sueño?
Mi sueño es ver crecer a mis hijos y poder disfrutarlos a cada minuto, ser mejor hijo, padre, amigo y profesional.
Adal, ¿cómo se triunfa en una industria tan grande como es México? Me refiero al espectáculo, ¿cuál es la clave para lograrlo?
Tienes que ser apasionado en lo que haces, emprendedor. Cada vez hay menos perseverancia y debes enfocarte en lo que te apasiona, tener claro que quizá el éxito no llegue. Lo importante es el camino que vayas a recorrer y las personas que conozcas en ese recorrido.
¿Has llegado a un lugar en América Latina donde no sepan quién sos?
Hay varios países donde Televisa no transmitía el programa y, sin embargo, nos conocen por las redes sociales. Gracias a Dios nos han aceptado en muchos lugares.
¿En algún momento sentís que el ego te domina?
Yo tengo claro de dónde vengo y para dónde voy. Los lujos, las fiestas y las excentricidades no son parte de mi vida. Soy una persona que disfruta de la vida sencilla, tengo un único espacio adonde no me gusta que intervenga la gente, ese espacio es de mis hijos.
Casi termina el año… ¿Qué se espera de los monólogos de Adal Ramones en el 2014?
Pues los que fueron (a sus presentaciones) son las mejores personas que pueden decir qué pueden esperar. De mi parte, siempre trato de darlo todo. Amé Nicaragua y su gente, pero sobre todo el cariño tan impresionante que me dieron.
¿Cómo la pasaste en el Rubén Darío?
¡Ufff! Imagínate, no me quería bajar del escenario. Rompimos el récord que tenía Costa Rica de tiempo sin tomar agua. Fue una gran experiencia.
¿Qué debe esperar tu público nica para tu presentación de febrero 2014?
Pos nada. Que no espere porque se queda sin boleto otra vez (risas). Ya en serio, creo que la gente sabe que me entrego de corazón y que puede esperar un show igual, con anécdotas, risas y la forma de entrelazarlas que tanto le gusta a la gente. Volveremos con algunos temas que no pudimos tocar y con el mismo amor y pasión de siempre.
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