La técnica que utilizamos al cocinar determina en gran medida la cantidad de grasa y calorías de cada alimento. Esta es la lista de las formas más adecuadas de preparar sus comidas.
Horno. Para evitar que un alimento se reseque al hornearlo, puede untarle de vez en cuando con un pincel mojado, un poco de caldo o de vino. Si prefiere que mantenga su sabor natural, hágalo con agua.
Vapor. Indicado para los vegetales, verduras y huevo de gallina. La temperatura ideal es de 85 a 115 grados centígrados. Se colocan en una vaporera, sobre una parrilla que los aísla del agua caliente que habrá en el fondo del wok para que se vayan cociendo lentamente. Añada más agua según se vaya evaporando.
Plancha. La superficie de la plancha o de la parrilla tiene que estar bien caliente, esparza una pequeña cantidad de sal gruesa y un poco de aceite de oliva para que los ingredientes no se peguen.
Microondas. Los recipientes de vidrio, cerámica y toda clase de plásticos deberán llevar una etiqueta que diga que pueden usarse en los hornos de microondas. No es conveniente introducir piezas enteras como el pollo porque no se calentará bien.
Los trozos grandes de carne se deshuesan y se cocinan al 50 por ciento de potencia durante más tiempo. Los huevos no deben cocinarse nunca con cáscara. Los pescados admiten muy bien el microondas: solos con unas gotas de agua, sal, aceite y limón, o combinados con verduras cortadas en trozos pequeños.