La mayoría de los mariscos se pueden cocinar de variadas formas: cocidos (hervidos), fritos, a la plancha, guisados, etc. Se pueden disfrutar solos o con otros alimentos y se pueden comer fríos o calientes. No obstante, la experiencia y las costumbres han creado una cultura del marisco según la cual hay preparaciones específicas para cada tipo de marisco y se considera una atrocidad prepararlos o comerlos de otra manera. Por ejemplo, los percebes deben comerse hervidos y calientes y para ciertas personas se consideraría pecado anti-natura comerlos de otra forma.
Aunque esto depende en gran medida de las zonas geográficas, la mayoría de los gourmets estarían de acuerdo con el siguiente esquema:
Crudos: Ostra, ostión, berberecho, almeja, concha fina, erizo.
Cocidos y fríos: Gamba, langostino, camarón, cigala, nécora, mejillón, centollo, buey, bogavante, langosta, cañailla.
Cocidos y calientes: Percebe, berberecho, pulpo, gamba.
A la plancha: Gamba, carabinero, cigala, bogavante, langosta, chipirón, navaja.
Fritos: Gamba, calamar, ostión, choco, chopito, chipirón.
Guisados: Mejillón, almeja, vieira, berberecho, pulpo, jibia, choco, calamar.
AGUA CON SAL
El agua de mar tiene la salinidad perfecta para la cocción del marisco pero no es fácil tener a la mano agua de mar. El agua potable, con sal disuelta, es la alternativa más empleada.
Fuente: http://personal.telefonica.terra.es/