Las hierbas aromáticas y los condimentos son desde tiempos inmemoriales un aliciente básico para hacer de nuestros platos una delicia. Con el uso y el paso del tiempo se han descubierto los sabrosos beneficios de emplear especias, con ellas se consigue prolongar la conservación de los preparados, mejorar los procesos digestivos y potenciar el aspecto, aroma y el sabor.
Sin embargo, pese al valor positivo de utilizar estos condimentos, debemos encontrar el equilibrio entre su uso y su abuso, de forma que no lleguen a convertirse en un hábito sustitutivo del auténtico sabor.
A continuación le presentamos algunas de las especias a las que podemos recurrir.
El sabor de las hojas de albahaca, es delicioso, fresco y delicado. Se complementa muy bien con recetas donde el tomate es protagonista.
La semilla de anís se ha utilizado tradicionalmente para elaborar licores. También se enriquecen postres y sus hojas, en estado fresco, dotan de un aroma especial a las carnes. Además, ayuda a disminuir la formación de gases y facilitar su expulsión.
La canela se utiliza fundamentalmente para elaborar postres y bebidas, aunque muchos cocineros ya la incluyen para aderezar platos salados, sobre todo, carnes y arroces. Además, se le otorgan propiedades afrodisíacas y digestivas.
El eneldo se destaca por su afinidad con el pescado así como por su capacidad para realzar el sabor de huevos, ensaladas, salsas y sopas. El laurel es un buen aliciente para sopas, caldos, estofados, carnes y pescados. Estas y otras especias pueden mejorar el sabor de sus comidas y bebidas.
Fuente: www.platodeldia.com