14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

El deseo sexual es emocional

En la pareja, el placer se da y recibe en la misma medida. Una principal condición para mantener la salud de la sexualidad es aceptarse como ser sexual y en capacidad de disfrutar esta característica. La culpa por sentir, el miedo por transgredir lo prohibido, el falso pudor y la desigualdad entre los sexos, donde […]

En la pareja, el placer se da y recibe en la misma medida.

Una principal condición para mantener la salud de la sexualidad es aceptarse como ser sexual y en capacidad de disfrutar esta característica.

La culpa por sentir, el miedo por transgredir lo prohibido, el falso pudor y la desigualdad entre los sexos, donde la mujer adopta un rol pasivo y complaciente son enemigos que hay que combatir.

La conciencia sexual se caracteriza por tener exacta cuenta de que se es hombre o mujer, diferentes por algunas razones anatómicas pero convergentes e iguales en derechos y deberes, en acceso al placer sexual donde cada quien es responsable, respetuoso de sí mismo y del otro.

Podría decirse que las causas de disminución de la libido en las mujeres es multifactorial y en cada caso se da una causa particular.

Sin embargo, existen dos grandes apartados a considerar.

El primero tiene que ver con la educación represiva, las formas prohibitivas con que aprendemos la vivencia de lo sexual y la enorme ignorancia que da lugar a multitud de falsas creencias y tabúes sobre la posibilidad y existencia del placer.

Y un segundo se refiere a las malas experiencias y a peores abordajes de la relación sexual, donde a veces adquieren forma de trauma, sea por acontecimientos pasados (abuso sexual infantil) o por circunstancias presentes (amante ignorante, egoísta, torpe, etc.).

Si bien es cierto que el factor físico tiene su influencia en la disminución del deseo, mayoritariamente se piensa que lo emocional se impone en este tipo de experiencias.

El papel de la rutina es determinante para disminuir la libido. El deseo sexual es a lo emocional como la comida es al cuerpo.

Si repetimos durante experiencias seguidas el mismo manjar, por muy bueno que éste sea, terminará aburriéndonos.

El deseo para hacerse presente con la calidad que lo amerita, necesita una constante renovación y motivación, diferentes maneras de provocarlo, compartirlo y disfrutarlo.

Las parejas tienen la tentación del facilismo en la relación y sin darse cuenta caen en la rutina, donde incluso está cronometrado el tiempo, la posición, el lugar y el tipo de actividad que los llevará al coito.

Hacer el sexo con estas características es garantía para perder la calidad, la calidez y el interés en el mismo.

El deseo tiene matices muy sutiles y frágiles. Sucumbe ante cualquier emboscada en donde la vida afectiva resulte afectada. Se dice que los peores resentimientos y las más grandes culpas se expían en la cama.

La vida de pareja está sujeta constantemente a influencias y experiencias que con frecuencia la terminan sofocando.

Cualquier problema mal administrado y peor experimentado se vuelve como un dardo envenenado sobre la relación, el deseo y el placer.

Los conflictos mal manejados, la falta de comunicación, el sentirse desplazado o herido por el otro, los problemas económicos y familiares, la enfermedad, excesos y abusos de toda índole son sólo algunos de los factores que contribuyen a disminuir el deseo.

Nosotras

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí